La inflación estadounidense se muestra arraigada y resistente (8,3%), la Fed tendrá que seguir subiendo tipos a un ritmo acelerado

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | Tras cuatro sesiones de alzas consecutivas, en las que las bolsas occidentales habían recuperado bastante terreno, ayer los principales índices bursátiles europeos y, en mucha mayor medida, los estadounidenses sufrieron fuertes descensos tras la publicación en Estados Unidos de las cifras de inflación de agosto, que sorprendieron negativamente a los inversores.

En ese sentido señalar, como adelantamos en nuestro comentario de ayer que podría suceder, que el hecho de que la inflación estadounidense se mostrara en agosto más arraigada y resistente a bajar de lo estimado provocó “el desencanto” de muchos inversores, que esperaban que la tendencia de esta variable fuera a partir de junio claramente a la baja. Así, el hecho de que la inflación descendiera en Estados Unidos menos en agosto de lo esperado (8,3%), a pesar del fuerte descenso de los precios de las gasolinas en el mes (-11%), y de que su subyacente repuntara también más de lo pronosticado por los analistas fue recibido de forma “muy negativa” por los inversores, lo que provocó de inmediato un brusco giro a la baja de los futuros de los índices bursátiles estadounidenses, que arrastraron tras de sí a los índices europeos, que también entraron en terreno negativo. Lo mismo ocurrió con los precios de los bonos, que se giraron a la baja, provocando un nuevo repunte de sus rendimientos –el del bono del Tesoro estadounidense con vencimiento a 2 años llegó a situarse ayer por momentos a su nivel más elevado desde el mes de noviembre de 2007–. Por último, el dólar, que había cedido bastante terreno en los últimos días frente a una cesta de principales divisas, repuntó ayer con mucha fuerza –experimentó su mayor alza en un día desde marzo de 2020– tras conocerse el dato de inflación de agosto en Estados Unidos.

Lo más preocupante de estos datos es el mal comportamiento que sigue teniendo la inflación subyacente, que muestra que el alza de precios se ha extendido y arraigado en la economía estadounidense. Así, a la Reserva Federal (Fed) no le queda otra que seguir drenando liquidez del sistema y provocar la ralentización del crecimiento económico. Si había alguna duda todavía, que nosotros no la teníamos, estamos seguros de que el Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) volverá a subir sus tasas de interés de referencia en 75 puntos básicos cuando se reúna los próximos 20 y 21 de septiembre. Es más, ayer los futuros ya daban una probabilidad del 68% a este movimiento, mientras que la probabilidad de que la Fed se decante por un alza de un punto porcentual se situó en el 32%.

Fue precisamente este hecho, la constatación de que el banco central estadounidense tendrá que seguir subiendo tipos a un ritmo acelerado, incluso puede que más allá de lo previsto –ayer se especulaba que tendrá que subirlos por encima del 4% que se esperaba–, lo que provocó el fuerte descenso de las bolsas europeas y estadounidenses, especialmente de estas últimas, cuyos principales índices experimentaron ayer los mayores descensos en una sesión desde el mes de junio de 2020. En Europa el único sector que cerró en positivo fue el de las utilidades, cuyos movimientos recientes están muy ligados a las posibles decisiones políticas sobre el mercado energético europeo, mientras que en Estados Unidos todos los sectores cerraron con fuertes pérdidas, con los valores catalogados como de crecimiento, en especial los tecnológicos, como los más penalizados por las ventas de los inversores.

Tras el muy negativo comportamiento de ayer de Wall Street, comportamiento que esta madrugada ha provocado una fuerte caída de las bolsas asiáticas, esperamos que hoy las bolsas europeas abran con descensos, con los valores de crecimiento, especialmente los tecnológicos, liderando las caídas, mientras que los de corte más defensivo es factible que lo hagan algo “menos mal”. Cabe destacar, que durante la sesión de hoy los inversores dispondrán de dos nuevas referencias sobre el comportamiento de los precios en el mes de agosto en las economías desarrolladas. Así, por la mañana se publicarán en el Reino Unido el IPC y el índice de precios de la producción (IPP) del mes de agosto, mientras que, ya por la tarde y en Estados Unidos, se dará a conocer el IPP de agosto. Al igual que señalamos ayer, unas cifras mejores de lo esperado, sobre todo del IPP estadounidense, serán bien recibidas por los mercados y pueden que sirvan para tranquilizar algo los ánimos de los inversores, ya que, si se demuestra que la presión de precios en la cadena productiva está comenzando a remitir, esta tendencia terminará, antes o después, trasladándose al conjunto de la economía. Por el contrario, un IPP “peor” de lo esperado provocará nuevas y fuertes caídas en los mercados bursátiles occidentales.