La Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU estima que el plan fiscal de Trump tendrá un coste de 3,4Bn$ en 10 años que se sumará a una deuda pública de 36,2Bn$

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Bankinter | Senado y Congreso aprueban el plan fiscal de Trump quien lo firmará este viernes (22h). El plan hace permanentes los recortes de impuestos aprobados por el propio Trump en 2017 en su anterior legislatura y que vencían a finales de 2025, extiende algunas exenciones y deducciones (por ejemplo, para la compra de equipamientos a las empresas), aplica un nuevo impuesto del 1% a las remesas de dinero de los inmigrantes a sus países de origen, dota de fondos a la construcción del muro en la frontera con México y a medios para el control de fronteras y deportaciones, elimina deducciones y ayudas al programa de transición energética aprobado por Biden, como deducciones para la compra de coches eléctricos y energías limpias, mientras introduce incentivos para la exploración y producción de gas natural, reduce las aportaciones a programas de salud como Medicaid y endurece los requisitos para acceder a los mismos.

La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) estima que el plan tendrá un coste de 3,4Bn$ en 10 años que se sumará a la deuda pública actual de 36,2Bn$. La rebaja de impuestos sumará 4,5Bn$ mientras la reducción de gasto a 1,1Bn$. El plan también eleva el techo de gasto hasta 5Bn$, evitando la amenaza de un próximo cierre de la Administración por falta de financiación.

Opinión del equipo de análisis de Bankinter:

La versión final del plan, modificada en el Senado, introduce mayores recortes de impuestos que se compensan con mayores rebajas en planes de ayuda. El plan hace permanentes reducciones de impuestos que serán un alivio para familias y empresas, pero no suponen un estímulo nuevo. Sí lo serán algunas deducciones como las de las propinas, horas extra o préstamos para la compra de coches.

El nuevo esquema fiscal favorece más a las rentas más altas, mientras aumenta la presión fiscal para las más bajas, lo que podría impactar en su capacidad de consumo. El nuevo plan complica la perspectiva de reducción del déficit público, actualmente en 6,9% del PIB, y aumenta la necesidad de emisión de nueva deuda pública, actualmente en 36,2Bn$ (123% del PIB).

Moody ́s ya rebajó la calificación crediticia de Estados Unidos de Aaa a Aa1 en mayo y cambió la perspectiva de estable a negativa. Según Moody’s el déficit público podría alcanzar niveles próximos al 9% en 2035 y elevará el esfuerzo de servicio de la deuda. El deterioro en las finanzas públicas, si no se compensa con un mayor crecimiento económico que aumente la recaudación o con el aumento de aranceles, presionará el dólar a la baja (estimamos €/$ de 1,15/1,20 a final de 2025 y 1,15/1,25 en 2026 vs 1,178 actual) y la TIR de los bonos americanos al alza (estimamos bono a 10A en 4,50% a final de 2025 y 4,65% en 2026 vs 4,35% actual).