Alphavalue | Desde que comenzó la guerra, desde AlphaValue hemos sostenido la opinión de que todas las esperanzas de un 2022 decente tendrían que “desecharse” y que prepararse para lo peor era (y sigue siendo) la mejor manera de proyectar este año y el próximo.
Algunas empresas tendrán que hacer frente al decrecimiento reforzando el balance. Una caída en el crecimiento es muy negativo para el apalancamiento operativo (es decir, la generación de FCF), aunque debería aligerar los requisitos de working capital (fondo de maniobra) y liberar efectivo. Este one-off positivo parece improbable ahora, ya que la caída en el volumen de los inventarios está más que compensada por un aumento en los precios de las materias primas y los productos elaborados. Existe una elevada probabilidad de que los ratios de deuda/Ebitda se vean afectados, sin mencionar el hecho de que los Ebitda son dispositivos contables creativos que rara vez coinciden con la generación real de efectivo. Algunos gestores juguetearon con la definición del Ebitda, aunque más pronto que tarde se verán obligados a sincerarse, es decir, aceptar cifras Ebitda marcadamente más bajas. Las cifras Ebit deberían ser un problema menor.
Dentro de la cobertura de AlphaValue, analizamos los grupos industriales sin grado de inversión (non-investment grade(NIG)), excluyendo compañías del sector inmobiliario y las afectadas por bajos ratings soberanos: Rusia y Grecia. Esto nos deja 73 compañías.
La siguiente lista de compañías es el resultado de aplicar el filtro del ratio deuda (bruta y neta)/Ebitda, el cross-checkingde la generación de FCF, los pagos anticipados y la resiliencia histórica de los modelos comerciales. Como siempre, esto no es una ciencia exacta y debe tomarse con todas las reservas del mundo. Hay que tener presente que aquí no abordamos los grupos que probablemente caerán al pozo de empresas NIG (al bajar de grado de inversión).
Esta lista de compañías probablemente pasarán “el cepillo” entre sus accionistas, en caso de que el crecimiento sufra un duro golpe (como creen nuestros analistas). No se han incluido balances “stretched” imposibles de nuevas compañías del sector energético, que deberían ir viento en popa debido a los precios de energía excepcionalmente altos.