Podría haber más quiebras de bancos estadounidenses a corto plazo, pero no hay bases para el contagio a Europa

Marco Troiano (Scope Ratings) | Las quiebras bancarias de EE.UU. de los últimos días y el riesgo de contagios no alteran la perspectiva positiva que establecimos para los bancos europeos a principios de 2023. Sin embargo, el margen para resultados imprevistos en una situación volátil y cambiante exige cautela.

Es posible que se produzcan más quiebras de bancos estadounidenses a corto plazo, que repercutirán en los mercados financieros durante algún tiempo. Dependiendo de cómo y con qué rapidez se gestione esta situación, las turbulencias del mercado podrían ser señal de mayores fuerzas recesivas y de una suavización de la postura de endurecimiento monetario de los principales bancos centrales.

No creemos que los acontecimientos en EE.UU. planteen por sí mismos efectos de riesgo sistémico para Europa, por lo que no consideramos que exista una base fundamental para el contagio.

Pero, debido al comportamiento irracional, la mentalidad de rebaño y las acciones de los vendedores a corto agresivos, no se pueden excluir efectos perjudiciales para las instituciones afectadas.

Los acontecimientos que se están produciendo en tiempo real ponen a prueba el marco regulador posterior a la gran crisis financiera. En Estados Unidos, las autoridades merecen elogios por la rápida resolución de la crisis, pero no tanto por no haberla prevenido. Silicon Valley Bank (SVB) era un banco grande, con más de 200.000 millones de dólares en activos, difícilmente una preocupación para los reguladores. No nos impresiona, teniendo en cuenta la arquitectura reguladora posterior a la crisis financiera.

Un posible factor de contagio a Europa sería un cambio fundamental en la forma en que los inversores perciben los bancos, es decir, que ya no sean las empresas de bajo riesgo que se creía que eran, a pesar de todas las restricciones regulatorias a las que han estado sometidos desde la crisis financiera mundial. Lo vemos poco probable.

Más allá de las sólidas métricas de capital y liquidez mostradas por los bancos de la UE, nuestro sesgo positivo se basa en el sólido marco regulador y de supervisión de la UE. Este marco es más estricto que el estadounidense y abarca un número mucho mayor de bancos por tamaño, en comparación con la situación más fragmentada de Estados Unidos, donde la regulación bancaria está repartida entre organismos federales y estatales y la supervisión de los bancos más pequeños es mucho menos rigurosa.

Las últimas quiebras bancarias en EE.UU. ciertamente plantean interrogantes sobre la eficacia de la regulación bancaria estadounidense y su aplicación adaptada de las normas de Basilea, específicamente con respecto a la liquidez y el riesgo de tipo de interés. Con la promulgación de la Ley de Crecimiento Económico, Alivio Regulatorio y Protección del Consumidor de la era Trump, el umbral para las instituciones financieras estadounidenses de importancia sistémica se quintuplicó a 250.000 millones de dólares. Los bancos por debajo de este tamaño están exentos de supervisión crítica, como planes formales de resolución o pruebas mensuales de liquidez, y no tienen obligación formal de mantener ratios mínimos de liquidez o financiación estable neta.

En la UE, los umbrales de supervisión son mucho más bajos. Los bancos con activos superiores a 30.000 millones de euros se incluyen automáticamente en la lista de entidades significativas del BCE. Los bancos más pequeños pueden añadirse si son económicamente relevantes para cualquier Estado miembro, tienen grandes actividades transfronterizas o han sido rescatados con fondos de la UE. Incluso las entidades menos significativas que no están bajo el paraguas de la supervisión del BCE están sujetas a una supervisión prudencial de la liquidez.

SVB también experimentó un crecimiento muy rápido de sus activos en los últimos años. El rápido crecimiento de los activos es una señal de alarma, que puede indicar una agresiva concesión de préstamos (o captación de depósitos, como era el caso) o la falta de controles adecuados. Creemos que este tipo de crecimiento en un gran banco europeo habría atraído la atención del MUS (Mecanismo Único de Supervisión del BCE), y probablemente habría llevado a una acción supervisora más temprana y menos traumática.

Una cosa que tenían en común los bancos estadounidenses en quiebra era unos ratios préstamos/depósitos muy bajos, un útil recordatorio de los peligros de asumir correlaciones entre las métricas fundamentales de los bancos y el riesgo de crédito. En Scope, evitamos deliberadamente los enfoques de modelización cuantitativa de las calificaciones bancarias en favor de enfoques más analíticos.