El BdE pone sobre la mesa algunos retos para la economía española: el fiscal, los aranceles, las tensiones en el mercado laboral y el acceso a la vivienda

Banco-España

Jefferies | Hay muchas cosas interesantes en el Informe Anual del Banco Central de España (BdE), de 200 páginas, publicado esta semana. Incluye datos relevantes para el sistema bancario español, así como datos actualizados sobre macrotendencias, productividad, demografía y vivienda residencial. En esta nota, ofrecemos algunas conclusiones.

Por el retrovisor

La economía española creció un 3,2% en el ejercicio fiscal de 24 meses. Esto supone 130 puntos básicos más de lo que el Banco Central de España había estimado a principios de año. El mayor consumo (tanto privado como público, este último ayudado por los fondos de la UE) fue el principal delta de este mejor comportamiento. Las exportaciones de servicios también fueron netamente positivas (tanto las turísticas como las no turísticas; ahora suben un 37% respecto a 2019 frente al + 18% de la UE). La formación bruta de capital (FBC) fue la partida más floja respecto a las estimaciones iniciales. El abaratamiento de la electricidad (acceso estable al gas y aumento de la capacidad renovable) y la atracción de empleo en la economía digital también fueron factores de apoyo. El crecimiento del 3,2% del PIB contrasta con el 0,8% de la UE (2,7% frente a 0,5% en el ejercicio 23).

Comienzo del año

Crecimiento aún saludable en el 1T 25, con un 0,7% intertrimestral (el BdE había previsto un 0,6-0,7% en marzo), pero el crecimiento se está moderando en relación con el AF24 debido a un menor consumo y a una formación bruta de capital más débil. Las cuentas exteriores netas contribuyeron con 20 puntos básicos en el primer trimestre por el dinamismo de las exportaciones y la ralentización de las importaciones. Para el AF25, el Banco Central mantiene una estimación de crecimiento del PIB del 2,7% interanual.

Crecimiento demográfico: un motor clave

La población española creció un 1% en 2025, según las primeras estimaciones. Esto supone más del doble del crecimiento observado en la UE (+0,4%). El PIB per cápita de España en 2025 creció un 2,2% frente al 0,4% de la UE. El crecimiento de la población española se sitúa en +2,7m desde 2016; esto es una mezcla de 3,5m en inmigración neta y una caída de 800k en población interna (+540k y -85k solo en FY24, respectivamente). La población nacida en el extranjero representa ahora el 19,1% de la población total, es decir, 5,7 puntos porcentuales por encima de los niveles de 2011. Alrededor del 75% de los nuevos puestos de trabajo creados en 2019-25 han sido ocupados por inmigrantes.

Productividad – medida por la productividad total de los factores o PTF, la productividad de España sigue estando por debajo de la media de la UE, pero se ha ido recuperando en los últimos años. El crecimiento de la PTF de España será del 0,8% anual en 2020-24, frente al -0,4% de la UE (Francia y Alemania, -1,4% y 0,0%, respectivamente). La recuperación de la productividad fue más intensa en 2024 (+2,2% frente a la media de la UE del 0,9%).

La vivienda residencial, sigue siendo uno de los retos. El informe del BdE pone sobre la mesa algunos retos para la economía española de cara al futuro, entre ellos el fiscal, los aranceles, las tensiones en el mercado laboral y el acceso a la vivienda. Sobre este último aspecto, el BdE confirma que la demanda de vivienda sigue siendo muy superior a la oferta, lo que agrava el déficit de viviendas. En concreto, las viviendas terminadas se situaron en 100.000 en el año fiscal 24, frente a una estimación de formación de 180.000 hogares. Esto deja la escasez de vivienda creada sólo en 2022-24 en 400-450k hogares con el 50% de la escasez concentrándose en cinco provincias/regiones principales.

Más datos sobre viviendas para residentes: las viviendas iniciadas se aceleraron un poco en el año fiscal 24 (128.000 o +16,7% interanual), pero siguen por debajo de la cifra mágica para cubrir la formación de hogares. Las viviendas de protección oficial también se aceleraron (de 12 000 en el ejercicio de 23 a 24 000 en el de 24), pero siguen en niveles relativamente bajos. La asequibilidad sigue siendo un gran desafío para los compradores por primera vez (15-24 años de edad), dada la apreciación del salario real del 11% durante 2015-23 frente a la HPA real del 22% durante el mismo período. La cartera de préstamos a promotores del sistema bancario aumentó solo un 0,7% interanual en el ejercicio de 2014, a pesar de la aceleración de la construcción de viviendas, lo que sugiere que los promotores también están accediendo a otras fuentes de financiación.