Intermoney | Reino Unido está sufriendo los mayores costes de la deuda. La economía británica necesitó financiarse más de lo esperado en junio, debido al repunte de los costes de la deuda del Gobierno. El endeudamiento neto del sector público ascendió a 20.700 M£. Muy por encima de la previsión media de 17.500 M £ que esperaba el consenso de Bloomberg. Lo preocupante es que también está muy por encima de lo previsto por el propio OBR, el organismo británico de control presupuestario, que preveía un endeudamiento en junio de 17.100 M£ cuando publicó sus perspectivas en marzo. El principal motivo fue el pago de intereses de la deuda de 16.400 M£ al que ha tenido que hacer frente el gobierno, y es que, el repunte de la inflación en abril, que elevó el coste de los bonos indexados.
Pero más allá del cargo de intereses más alto por los bonos indexados, la situación estructural de las finanzas del gobierno sigue siendo precaria. Ya de por sí, en los primeros tres meses del ejercicio fiscal comenzando en abril, el presupuesto fue deficitario en -44.500 M£, frente a los 39 M£ estimados por la OBR. Y eso a pesar de que las cotizaciones han aumentado en casi un 20% hasta los 48.000 M£ en ese mismo periodo. Pero las subidas de impuestos hasta ahora se han visto más que compensadas por el lento crecimiento económico y las pocas reformas de recorte de gasto llevadas a cabo. De hecho, este mismo mes el Gobierno ha abandonado sus planes de reducir la factura de la seguridad social. El gasto total subió en junio en 12.400 M £ hasta los
97.100 M£ y este es el talón de Aquiles. Dado el paso atrás en su intención de recortar el gasto, es bastante probable que la ministra Reeves opte en los próximos presupuestos por seguir elevando los impuestos para cubrir parcialmente la brecha entre ingresos y gastos.