CdM | El 52% de los españoles con ingresos inferiores a 1.200 euros utiliza el efectivo como principal método de pago, mientras que entre las rentas altas predomina la tarjeta. Además, para el 93% de los ciudadanos el efectivo es clave porque protege la privacidad, y el 88% lo valora como el único medio que siempre funciona y con el menor riesgo de fraude. El 84% cree que ayuda a controlar el gasto y evitar el endeudamiento, y un 70% afirma que permite ahorrar más que otros métodos de pago. De modo que más de ocho de cada diez españoles se oponen a su desaparición, incluso entre quienes pagan principalmente con tarjeta (83%).
Son algunas de las conclusiones de la encuesta que ha realizado GAD3 para Denaria, que también refleja cómo crece la brecha entre la demanda de efectivo y las condiciones reales para su uso, debido al cierre de oficinas y a la negativa de algunas Administraciones a aceptarlo. También se perciben de forma negativa el límite de 1.000 euros para pagos en efectivo (32%) y la imposibilidad de pagar el alquiler con metálico impuesta por la nueva Ley de Vivienda (31%).
Estos resultados ponen de relieve que, aunque la mayoría de los españoles sigue utilizando y valorando el dinero físico, el entorno operativo para acceder y usarlo se está restringiendo progresivamente.
Los acontecimientos recientes han reforzado su papel como herramienta de protección frente a fallos tecnológicos. De modo que tras el apagón del pasado abril, el 35% de los encuestados mantiene una mayor cantidad de efectivo en casa, porcentaje que se aproxima al 50% entre los jóvenes de 18 a 29 años.
El 93% defiende que garantizar el pago en efectivo debe seguir siendo obligatorio, y el 88% de quienes utilizan principalmente tarjeta reconoce su utilidad en situaciones de emergencia.
Por el contrario, la desconfianza hacia la pérdida de privacidad por el uso de métodos de pago digitales se mantiene elevada: el 82% teme filtraciones de datos personales al pagar digitalmente, el 77% teme que se conozca su saldo, el 72% su localización y el 62% sus hábitos de compra.
Respecto al euro digital, el 80% considera que aumentará el control del Gobierno sobre los pagos. Cerca de la mitad lo ve como un complemento del efectivo, pero cree que terminará sustituyéndolo. El 54% anticipa que no será tan anónimo como el efectivo, y el 30% prevé límites de tenencia, estimando el umbral en 3.000 euros.



