El S&P 500 y el Dow Jones cierran en negativo por cuarta sesión consecutiva, algo que no ocurría desde de junio

Bolsa EEUU

Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | En una sesión en la que la reunión del Consejo de Gobierno del BCE monopolizó la atención de los inversores, los principales índices bursátiles europeos cerraron de forma mixta, sin grandes cambios y tras haber estado toda la jornada dando bandazos, con continuas idas y vueltas. 

En principio, el BCE cumplió con lo esperado, al dejar los principales parámetros de su política monetaria sin cambios y al “recalibrar”, en palabras de su presidenta, la francesa Lagarde, sus compras de activos mensuales. Aunque, ni el Consejo en su comunicado post reunión, ni Lagarde en rueda de prensa, cuantificaron dicha “recalibración” de las compras de activos que está realizando la institución en el marco del programa de compras de emergencia para la pandemia (PEPP), el mercado entendió que el ritmo de adquisiciones, que se había elevado a principios de año hasta los 80.000 millones de euros al mes, se situará a partir de octubre entre los 60.000 millones de euros y los 70.000 millones de euros, probablemente más cerca de esta última cantidad. El hecho de que en plena nueva ola de la pandemia el BCE apueste por reducir sus compras de bonos, unido a la revisión al alza de las estimaciones de crecimiento para la economía de la Eurozona en 2021 (del 4,6% anterior hasta el 5%), así como de la inflación, creemos que lanza mensajes positivos a los mercados: i) a pesar de la nueva ola de la pandemia, la recuperación de la economía de la región continúa a buen ritmo; y ii) la inflación no es un problema a largo plazo, por lo que no es necesario comenzar la retirada de estímulos con antelación. En este sentido, señalar que, en las nuevas estimaciones de inflación del BCE, a pesar de que se revisa al alza esta variable para los años 2021, 2022 y 2023, se hace de forma marginal, situando ya la inflación de la región por debajo del objetivo del 2% el próximo año, lo que es coherente con su carácter “temporal”, algo que reiteró ayer Lagarde en su “discurso”. 

Con todo ello, al final, ni la decisión del BCE de reducir el importe de sus compras mensuales de bonos, bajo el paraguas del PEPP, ni las declaraciones de Lagarde, retrasando hasta diciembre la definición de la política monetaria futura de la institución, una vez venza el PEPP, tuvieron un impacto relevante en los mercados financieros de la Eurozona. Si bien es cierto que, los bancos reaccionaron favorablemente a la noticia de la reducción del importe mensual de bonos por parte del BCE, posteriormente, el hecho de que a los bonos también les “sentara bien” la noticia, lo que propició un repunte de sus precios y la consiguiente caída de sus rendimientos, provocó que el sector bancario europeo se volviera a girar a la baja. 

En Wall Street la sesión volvió a terminar a la baja, con el S&P 500 y el Dow Jones cerrando en negativo por cuarta sesión de forma consecutiva, algo que no ocurría desde mediados del pasado mes de junio. En esta ocasión, y a pesar del repunte del precios de los bonos y del consiguiente descenso de sus rendimientos, lo que se puede considerar un movimiento defensivo por parte de los inversores, fueron los valores de corte cíclico como los financieros, los industriales, los de la energía y los ligados a las materias primas los que mejor se comportaron, con los de corte defensivo como las utilidades, los de consumo básico, los de la sanidad y las inmobiliarias patrimonialistas, que normalmente lo hacen bien cuando bajan los tipos de interés a largo plazo, cerrando todos ellos en negativo, convirtiéndose en un lastre para los índices. Esta “incoherencia” en el comportamiento sectorial de la renta variable estadounidense de ayer es complicada de explicar. Quizás el hecho de que los datos de desempleo semanal sorprendieran muy positivamente, superando holgadamente la reducción que esperaban los analistas puede explicar el buen comportamiento de los valores/sectores más ligados al ciclo, al interpretarse como un síntoma de que la nueva ola de la pandemia está impactando menos de lo esperado en la actividad y en el mercado laboral estadounidense. Por otro lado, de ser así, “carga” de razones a la Reserva Federal (Fed) para comenzar en breve a retirar estímulos, probablemente, como defendieron ayer con matices los presidentes de la Fed de Atlanta, Bostic, y de Dallas, Kaplan, antes de que finalice al año. 

Hoy esperamos que las bolsas europeas intenten recuperar parte del terreno que llevan cedido en lo que va de semana y abran al alza, siguiendo así la estela de las principales bolsas asiáticas, que han cerrado todas ellas con ganancias. Habrá que estar pendientes del comportamiento de los bonos de la región, que ayer, como hemos señalado, “celebraron” con alzas en sus precios y con caídas en sus rendimientos la decisión del BCE, sobre todo de cara al comportamiento bursátil del sector bancario de la Eurozona, que ayer terminó debilitado por las caídas de los tipos a largo plazo. 

Por lo demás, señalar que la sesión de hoy presenta una agenda macro intensa, destacando por la mañana la publicación en España, Francia y el Reino Unido de las cifras de producción industriales del mes de julio, así como de la lectura final del IPC de agosto en Alemania. No obstante, la principal cita del día será el dato del índice de precios de la producción (IPP), correspondiente al mes de agosto, que se dará a conocer en Estados Unidos y que aportará más información sobre cómo están afectando los problemas de suministros de insumos a las cadenas de producción y, por ello, a los precios. Habrá que ver si las tensiones inflacionistas en el sector industrial han tocado techo o, por el contrario, siguen aumentando, con el riesgo que ello supone para la inflación estadounidense en su conjunto. Un mal dato podría aumentar los temores de que la Fed adelante el inicio del proceso de retirada de estímulos, algo que entendemos no sería bien recibido por los inversores, ni en los mercados de renta fija, ni en los de renta variable.