El IPC de Reino Unido descendió hasta el 2%, por primera vez desde la primavera de 2021, y la subyacente hasta el 3,5%, aunque el IPC de servicios sigue elevado en el 5,7%

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Intermoney | En las referencias macro de la jornada del miércoles, destacaba por encima de todos el IPC británico en mayo. Justo un día antes de la reunión del Banco de Inglaterra, los funcionarios contaban con el informe de precios de mayo, que mostraba una desaceleración significativa de los precios, en línea con lo que apuntaban los pronósticos. El IPC general descendió del 2,3% a. en abril hasta situarse en el 2,0% por primera vez desde la primavera de 2021 y además esto se trasladaba a la mayoría de las partidas, descendiendo en ocho de las
categorías mientras que las contribuciones al alza sólo procedían de dos divisiones, fundamentalmente se debe a los efectos alcistas de los carburantes y, en menor medida, de los servicios de transporte. Aunque el mejor sabor de boca lo dejaba la lectura de precios subyacente, que minoraba su avance en cuatro décimas hasta el 3,5% a.

El descenso del IPC subyacente venía apoyado por una nueva desaceleración en el precio de los servicios, que descendía en dos décimas tanto en la lectura mensual como en la interanual (+0,6% y +5,7% respectivamente) apoyando nuestra percepción de que los riesgos están más equilibrados. De hecho, la partida de servicios de ocio y cultura era la segunda mayor contribuidora a la baja (-0,07 puntos) de todas las divisiones, mientras que también restauración y alojamiento contribuían a la baja, suponiendo -0,03 puntos de la lectura general.

No obstante, lo que nos debemos preguntar es si el ritmo es lo suficientemente rápido como gustaría ver, puesto en el banco tenían en sus previsiones un IPC de servicios del 5,3%, cuatro décimas más bajo que la lectura del miércoles, mientras que las casas estimaban un 5,5%. Pero de la misma forma que como se puede esgrimir con datos cuantitativos el que se adopte una posición más cauta, de forma cualitativa se puede argumentar lo contrario, puesto que las tarifas aéreas aumentaron más agresivamente tanto en abril como en mayo así como los aumentos de precios de los paquetes de vacaciones, que hicieron algo similar, y estas son áreas que el Banco ve más como ruido que por señal.

El caso es que, al IPC subyacente movido por la desaceleración de los servicios se le unían unos bienes que siguen cayendo con más fuerza. En general, los bienes ahondaron en su deflación,- 1,3% a. frente al -0,8% anterior mientras que su lectura mensual se mantuvo estancada. Aquí vemos aspectos interesantes, puesto que los artículos para el hogar (-1,9% a. frente -1,0% ant.) y la ropa (3,0% frente 3,7% ant.) contribuyen ahora considerablemente menos a la inflación que hace tan solo unos meses y de hecho suponían un descenso de -0,06 y -0,04 puntos respectivamente. Teniendo en cuenta que en mayo la partida de ropa y calzado se suele ver
beneficiada por la colección de verano se ve incluso con mejores ojos su desaceleración, mientras que el descenso en las compras de muebles y equipamiento para el hogar muestra que el gasto discrecional está muy moderado. A esto se le une que los precios de los vehículos de segunda mano seguían presionando a la baja.

Por último, ya en lo concerniente a las partidas más volátiles teníamos fuerzas que jugaban en direcciones opuestas. Por un lado, alimentos (-0,14 puntos de la lectura general) era la principal fuerza bajista después de que mes a mes los precios se contraigan en -0,3% m., haciendo descender la lectura anual en 1,2 p.p. hasta el +1,7% a., la menor lectura desde octubre de 2021 y además el descenso lo veíamos en 9 de las 11 subcategorías. En cambio, la única gran contribuidora al alza era la gasolina, y es que los precios globales de los carburantes subieron un 2,3% en el año hasta mayo de 2024, frente a una caída del 0,3% en el año hasta abril.