Katrin Loehken (DWS) | El resultado de la próxima reunión del Banco de Inglaterra (BoE) del jueves no está nada claro. El mercado espera una bajada de tipos con algo más del 50% de probabilidad, y nosotros también prevemos una reducción del tipo de interés oficial del 5,25% al 5%. Sin embargo, la incertidumbre es alta. ¿Por qué?
Porque hay buenos argumentos para ambas partes. Si la mayoría de los miembros del Comité de Política Monetaria (CPM) hacen más hincapié en una evaluación prudente y dependiente de los datos de la situación actual, la sorpresa negativa de la inflación de los precios de los servicios en julio sería un argumento en contra de un recorte de los tipos, al igual que el único descenso lento de la dinámica salarial. Con una actitud de “esperar y ver”, no se haría “nada malo” en ese caso. El economista jefe Pill parece estar en el campo de espera tras su último discurso.
Por otra parte, las previsiones actualizadas de crecimiento e inflación deberían mostrar que la economía sigue creciendo sólo moderadamente, y que es probable que la inflación caiga por debajo del objetivo del 2% a medio plazo. El actual debilitamiento del mercado laboral también plantea la cuestión de hasta qué punto debe seguir siendo restrictivo el banco central. En nuestra opinión, estos argumentos son más favorables a un primer recorte de los tipos y también son coherentes con la retórica general pesimista del banco central. La evaluación del comportamiento de voto se complica aún más por la nueva composición del Comité de Política Monetaria. Por lo tanto, sólo una estrecha mayoría debería votar a favor de la esperada bajada de tipos.