Ni Harris ni Trump dan mucha muchas garantías sobre una deuda pública estadounidense insostenible

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Caspar Rock (Schroders) | La economía estadounidense desafió las previsiones de desaceleración durante más de dos años. A pesar de que los tipos de interés se situaban en el nivel más alto en décadas, el PIB creció a un ritmo impresionante y el mercado laboral se mantuvo fuerte. Ahora hay indicios de que la economía estadounidense está empezando a enfriarse, lo que provocó un fuerte aumento de la volatilidad en los mercados mundiales de acciones y bonos en el transcurso del tercer trimestre.

Kamala Harris está ganando más adeptos entre los votantes estadounidenses que Joe Biden en la carrera contra Donald Trump.

Las encuestas en los principales estados indecisos, que determinarán el resultado de las elecciones, se han decantado a su favor en los últimos meses, pero el resultado está aún muy ajustado. Su éxito en el debate con Donald Trump y el apoyo de Taylor Swift le han dado impulso en los medios de comunicación, aunque el repunte en las encuestas posteriores ha sido difícil de discernir.

Desde una perspectiva económica, una victoria de Harris podría no cambiar significativamente el panorama, dado su apoyo a muchas de las políticas de Joe Biden y la probabilidad de que tenga que lidiar con una legislatura dividida. En cambio, una victoria de Trump podría provocar un cambio más significativo. Su apuesta por los recortes fiscales y la desregulación podría traducirse en un crecimiento ligeramente superior al de Harris, pero la promesa de aranceles y las políticas antiinmigración también podrían provocar un aumento de la inflación.

Ninguno de los dos candidatos ha dado muchas garantías sobre la deuda pública estadounidense, que muchos analistas consideran insostenible. Ambos contarán con que los vigilantes de bonos sigan dormidos.