La influencia del CEO determina buena parte de la independencia de los consejos

F. Rodríguez | La influencia del CEO en el nombramiento y sustitución de los consejeros independientes  tiene mucho más peso en la supervisión del primer ejecutivo en las cotizadas españolas que la antigüedad de estos en los órganos de gobierno, según las conclusiones del estudio empírico Determinantes e impacto de la antigüedad de los consejeros en el cargo, elaborado para el periodo 2013-2020 por Maribel Sáez Lacave y María Gutiérrez Urtiaga, investigadoras, respectivamente, de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad Carlos III de Madrid a partir de un análisis de información pública.
Según este estudio, los resultados indican que los consejeros independientes más antiguos tienen un menor compromiso con la supervisión de los ejecutivos, muestran menor asistencia a las reuniones del consejo y reducen la probabilidad de que el CEO sea reemplazado. Las autoras creen que la interpretación de estos datos “no se basa tanto en el impacto de la antigüedad en sí misma, sino en la influencia que ejercen los CEO en la selección y el mantenimiento en el cargo de los consejeros independientes”, lo que es coherente “con la alta rotación de los consejeros independientes durante sus primeros años y con el resultado de que los consejeros que tienen más probabilidades de ser remplazados no son los independientes más antiguos, sino los que fueron nombrados antes que el CEO.” Esto sugiere que “el CEO promueve el reemplazo de consejeros que no le son afines por otros. Además, parece haber un tiempo de prueba para que los consejeros tengan funciones de responsabilidad, ya que la probabilidad de que participen en comisiones importantes aumenta con la antigüedad, por lo menos hasta los 16 años.”
Los resultados también llaman la atención sobre la influencia del CEO en los procesos de selección y mantenimiento de los independientes en el cargo, ya que “puede no solo alargar la permanencia de los consejeros que le son afines, sino también acortar, sin ningún plazo mínimo, la permanencia de los que no lo son.”
Las autoras concluyen que, “a la vista de la evidencia empírica, parece interesante plantear mecanismos que reduzcan la influencia observada y permitan que se nombre y se mantenga en el cargo a independientes no alineados con el CEO. Sería útil explorar cómo se puede reforzar la independencia de la comisión de nombramientos e introducir un límite mínimo de tiempo durante el cual un consejero independiente no pueda ser relevado sin causa. En ambos casos, las medidas se podrían incluir como mejores prácticas en el Código de buen gobierno bajo el principio «cumplir o explicar», que se ha revelado como muy potente en la mejora del nivel del gobierno corporativo de las empresas en las últimas décadas.”