La IA como proceso industrial y, posiblemente, la próxima gran burbuja

Jeffrey Cleveland, Jefe Economista de Payden & Rygel

Jeffrey Cleveland (Payden & Rygel) | Desde el debut de ChatGPT en noviembre de 2022, Internet ha sido un hervidero de pronósticos sobre la inteligencia artificial (IA). Los optimistas señalan las sorprendentes capacidades de la IA, que supera a los humanos en diversas tareas. Algunos creen que la AGI (inteligencia artificial general) y la ASI (superinteligenciaartificial) están a la vuelta de la esquina. Los pesimistas señalan los vergonzosos fracasos de la IA (“alucinaciones”) para afirmar que la fase de IA de chatbot es pura exageración y que inevitablemente vendrá una quiebra.

En el fondo, la IA es un proceso industrial. Son necesarias inversiones masivas en hardware, computación y generación de energía para hacer posible la inteligencia general y la superinteligencia de la IA. Las empresas siguen creciendo para satisfacer la demanda actual de este tipo de software y hacen apuestas audaces sobre la demanda futura.

¿El frenesí por desarrollar la IA impulsará el crecimiento económico durante el resto de la década? ¿Y acabará el auge de las grandes inversiones en una quiebra, como ocurrió con el desarrollo original de Internet?

Estas son las respuestas:

  • La Inteligencia Artificial, como todos los procesos industriales, requiere enormes inversiones en hardware, computación y generación de energía para progresar.
  • El sector privado estadounidense está desplegando recursos en IA a una escala que no se veía desde los tiempos de la carrera espacial: las empresas de EEUU ya han gastado 335.000 millones de dólares en inversiones en IA en los últimos 10 años, el 60% de ellos sólo en los últimos tres años.
  • En los próximos tres años, los analistas de Wall Street preven más de 213.000 millones de dólares en gastos de capital (capex) en la IA, suficiente para construir la capacidad equivalente a 12.000 ChatGPT-4 de aquí a 2026.
  • La inversión privada total en la construcción de centros de datos aumentó en 8.000 millones de dólares en 2023 y en otros 5.000 millones hasta julio de 2024, lo que representa un crecimiento acumulado del 93% en comparación con 2022.
  • A pesar de la elevada inversión, los centros de datos siguen siendo extremadamente escasos, ya que los 9.380 centros de datos del mundo todavía almacenan menos del 15% del total de datos creados en 2023.
  • Con la evolución de la IA, se espera que la demanda de energía de los centros de datos aumente un 160% y suponga casi una décima parte del consumo mundial de energía en 2030, frente al 1% actual.
  • Generar suficiente energía para alimentar la máquina de la IA puede requerir nuevas fuentes de energía (incluidas las principales renovables y la nuclear) y redes eléctricas más nuevas para satisfacer la creciente demanda, desencadenando una revolución energética.
  • Como ocurrió con el nacimiento de Internet, un desplome de la IA puede ser inevitable a corto plazo, acabando con las empresas especulativas y los modelos de negocio insostenibles, pero  las infraestructuras duraderas y los avances intelectuales podrían allanar el camino para la próxima ola de innovación.