Busque fondos con bajas comisiones… sin olvidar sus rendimientos a medio y largo plazo

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | Las comisiones de los fondos de inversión, en líneas generales, bajan en casi todo el mundo. Y algunos países, como el Reino Unido, dan un paso más e introducen medidas para que el inversor realmente sepa cuánto valor le han aportado los gestores de su fondo, lo cual ayuda a calibrar si efectivamente las comisiones pagadas están justificadas. Son algunas de las principales conclusiones de un análisis realizado por Morningstar en veintiséis países de América del Norte, Europa, Asia y África.

Que las comisiones bajen es una buena noticia para el inversor. Como de costumbre, es el efecto lógico de la creciente competencia entre gestoras. En el mercado español se ha visto muy claramente, ya que la irrupción de grandes gestoras internacionales, pero también de gestoras pequeñas e independientes de los grandes grupos financieros, ha ayudado a que el inversor tenga más donde elegir y, además, consiga productos no sólo más rentables, sino también con comisiones más bajas. Y nunca olviden, a la hora de fijarse en si el fondo es barato o caro, que el total de comisiones y gastos asociados se mide por el llamado ratio de costes netos (TER, del inglés total expense ratio), que debe ser el menor posible. Aunque, por supuesto, sin perder de vista las prestaciones del fondo a medio y largo plazo.

Porque nunca dejo de repetir que la comisión más baja posible es lograr una magnífica rentabilidad para el inversor. A nadie debería importarle pagar una comisión de gestión de, por ejemplo, un 2% o más en un fondo de renta variable internacional, y además una comisión de éxito aún mayor, si al final, después de todos los costes, al inversor le queda un rendimiento anual superior al 20% (y hay bastantes fondos que lo han logrado, incluso en los agitados últimos dos ejercicios pandémicos).

El gestor que se lo trabaja, y que además en algunos casos se juega su propio dinero en el mismo fondo que gestiona, merece la mejor retribución posible por su labor. Y es obvio que el inversor que quiera contar con los servicios de los mejores profesionales, pague por ello. Por eso mismo, los gestores mejor pagados deben demostrar que ofrecen, a medio y largo plazo, los mejores resultados para sus clientes.

Claro que también vemos en el mercado español supuestos “fondos de autor”, o casos de gestores de campanillas, que ofrecen rendimientos realmente bajos para lo que prometen, hasta el punto de que algunos (como comenté en esta misma columna en enero del año pasado) han tenido que ofrecer rebajas en las comisiones a sus inversores más fieles, a aquellos que han aguantado pérdidas muy serias en sus fondos sin marcharse… aunque a su alrededor había productos del mismo tipo pero más competitivos.

Pero en el conjunto del mercado español de fondos, el abrumador dominio de las grandes entidades financieras impide que las comisiones sigan bajando todo lo que lo debieran. Esta es otra de las conclusiones del citado estudio de Morningstar: que las comisiones se reducen menos donde la cuota de los grandes grupos bancarios es mayor. Lógico, pues estas entidades tienden a “fidelizar” más a sus clientes, un eufemismo que se debería traducir por “atrapar”.

“El primer consejo es invertir en fondos con costes bajos, incluyendo todo tipo de comisiones”, afirma el analista Alejandro Scherk (presidente de la SICAV Kersio) en el tema de portada de la revista GESTORES, recién publicada con la edición de CONSEJEROS del mes de abril. En este análisis, pedimos a cada uno de los siete miembros del Consejo Editorial de la revista (al que Scherk pertenece) que nos dieran tres consejos para el inversor en fondos, sobre todo a la vista del cambio de era en los mercados y en la economía que ha traído la guerra de Putin. Y el primer consejo de Alejandro Scherk fue, precisamente, elegir fondos con bajas comisiones.

“Como guía orientativa, una comisión de gestión baja está en el 1% o por debajo de esa cifra en fondos de renta variable, alrededor del 0,5% o por debajo en fondos de renta fija y todavía menor en fondos monetarios. En fondos indexados a Bolsa, donde la gestión es pasiva, pues básicamente el fondo replica a su índice de referencia, las comisiones totales suelen ser también reducidas”, señala este analista. “Si hay una gestión muy personalizada de uno o más profesionales –añade– hablamos de fondos de autor. A menudo encontramos fondos de autor en renta variable con comisiones elevadas, del 2% o incluso superiores. Salvo que haya unas garantías muy elevadas en forma de elevado prestigio de sus gestores y un track record o historial de resultados realmente magnífico tanto en cuanto a rentabilidad como en tiempo (varios años), evitaríamos este tipo de fondos”.

Lo que decíamos antes: cóbrame lo que quieras, pero sólo si logras una magnífica rentabilidad. Es decir, si me demuestras el valor de lo que te pago. Y eso es, según el citado informe de Morningstar, algo en lo que se está avanzando particularmente en el mercado británico: allí se ha introducido cálculos anuales del valor, uno de los avances normativos más significativos desde el anterior estudio de Morningstar (realizado en 2019). Estos cálculos obligan a los gestores de activos a justificar el valor que cada fondo ha proporcionado a los inversores en relación con las comisiones que ha cobrado.

El equipo de Morningstar que ha estudiado las comisiones de los fondos asigna una puntuación a cada uno de los veintiséis mercados analizados, con la siguiente escala: superior (Top), por encima de la media (Above Average), en la media (Average), por debajo de la media (Below Average) e inferior (Bottom). Según esta puntuación, Morningstar sitúa a Australia, Países Bajos y Estados Unidos como los mercados con las comisiones más bajas. Al extremo contrario, las más altas se cobran en Italia y Taiwán. España figura en la media, aunque con una mejora (es decir, menores comisiones) desde el estudio anterior, de 2019. Y eso que sigue siendo uno de los mercados más condicionados por el peso de las grandes entidades financieras.