Concentración bursátil y rentabilidad

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Ricardo Jiménez para la revista Gestores* | La creciente concentración del mercado bursátil ha potenciado el dominio de grandes compañías tecnológicas en Estados Unidos y Europa, desafiando la rentabilidad de la gestión activa frente a la pasiva, mientras inversores minoristas buscan alternativas más económicas y eficientes para sus carteras.

Por concentración de mercado se entiende el porcentaje de la capitalización total del mercado bursátil que está representado un número pequeño de acciones. En el caso de Estados Unidos, diez valores, apenas un 2% de las compañías que for- man el índice S&P 500, representan un porcentaje cercano al 30% a finales de 2023, casi el doble que hace diez años, alcanzando el 37% a finales de junio 2024. Ello se debe a la positiva evolución de los llamados “siete magníficos” (Alpha- bet, Amazon, Apple, Meta Platforms, Microsoft, Nvidia and Tesla), responsables en gran medida de la bonanza bursátil de los últimos años.

Esta situación se da igualmente en Europa, donde un pequeño grupo de compañías, las llamadas GRANOLAS, (GlaxoSmithKline, Roche, ASML, Nestlé, Novartis, Novo Nordisk, L’Oreal, LVMH, AstraZeneca, SAP y Sanofi) representa casi una cuarta parte del valor de las 600 empresas más grandes de Europa. La diferencia respecto a Estados Unidos, donde la concentración se debe a empresas del sector tecnológico, es que en Europa estas empresas están más diversificadas por sectores, con representación en tecnología, farmacia, lujo y productos básicos de consumo.

A nivel de países, una concentración del 30% en diez valores, es relativamente baja, comparada con Francia (56%), Alemania (57%), Suiza (72%) o España (72%).

El aumento de la concentración bursátil en todos los mercados ha provocado el aumento del peso de la bolsa americana a nivel mundial, cercana al 60%, del sector tecnológico y la importancia de las compañías de mayor valor bursátil en detrimento de las medianas y pequeñas en la composición de las carteras.

Podría pensarse que todo obedece a una burbuja, sin embargo, con datos de cierre de 2023, el 69% de los benefi- cios de las compañías del S&P 500 se lograban por esas diez primeras compañías. Si se compara sus datos con los de la burbuja de internet de finales de los años 90, las compañías tecnológicas actuales, son más rentables, tienen balances más saneados y cotizan a menores múltiplos.

Hablar de concentración bursátil puede resultar lejano para un pequeño ahorrador. Sin embargo, es muy impor- tante para decidir cómo invertir sus ahorros y la posible rentabilidad a obtener.

Un inversor minorista, sin tiempo ni formación espe- cializada acudirá a su asesor financiero, normalmente un banco, buscando alternativas de inversión. Estos le ofrecerán productos o fondos y le cobrarán una comisión. Si su patrimonio se lo permite, a partir de 300.000 a 500.000 euros, le pasaran al departamento de banca privada, un trato personalizado a cambio de un 2% anual de comisión, suba o baje la bolsa.

Estamos hablando de gestión activa. Es decir, un gestor dedica su tiempo a elegir las mejores compañías y ajusta la selección de valores al perfil de riesgo que quiera asumir el cliente. Su objetivo es que la rentabilidad de su cartera bata al índice de referencia y que su cliente gane dinero, después de descontar la mencionada comisión. Este objetivo difícil- mente se logra. Si analizamos la evolución de los últimos diez años hasta el cierre de 2023 y suponiendo que el gestor

hubiera logrado igualar la rentabilidad del IBEX, un ahorrador que invirtiese 100.000 euros tendría al cabo de diez años unos 76.000, tras el pago de comisiones, una pérdida del 24%. Solo gracias al cobro de dividendos, lograría una rentabili- dad positiva cercana a los 15.000 euros de incremento de su capital, tras pagar unos 18.000 euros en comisiones de gestión. Apenas un 1,3% de rentabilidad anual acumulada. Escasa rentabilidad y elevados costes para asumir tanto riesgo. Si acude a gestoras independientes probablemente podrá reducir el coste de gestión al 0,6% anual.

Otra posibilidad, que le ofrecerán si insiste, será invertir en fondos que replican automáticamente la composición de un índice, es decir fondos indexados. Aquí ningún gestor tiene que devanarse para hacer una selección de valores. El coste que le repercuten puede oscilar entre un 1% en los bancos más tradicionales a un 0,3% anual, en asesores indepen- dientes. Unos costes de menos de un tercio que el caso de gestión activa. Estamos hablando de gestión pasiva. Usted ganará o perderá en función de lo que haga el índice, sin intervención de ningún gestor.

Contratar fondos de gestión pasiva también requiere algunas decisiones “activas”. Hay que decidir cual el índice de referencia en el que se quiere invertir (Ibex, bolsa americana, mercados emergentes). También hay que verificar las comisiones que cobran los asesores tradicionales o los operadores independientes a través de los que se contratan, También se pueden contratar directamente a través de pla- taformas de fondos.

El aumento de la concentración bursátil ha complicado enormemente el trabajo y el futuro de los analistas de ges- tión activa. Estos gestores tienen normalmente carteras de inversión más diversificadas y con numerosas compañías cuya capitalización es muy inferior a las que lideran los índices. Si las grandes compañías, con gran peso en los índices, lo hacen mejor que las medianas, lo que ha ocurrido en los diez últimos años, la rentabilidad de la gestión activa antes y después de comisiones será inferior a la de la gestión pasiva. Algo más de la mitad del 25% de revalorización del S&P en 2023 se logró gracias al 101% de subida conjunta de los llamados siete magníficos. Si la rentabilidad del índice se mira no en base a la capitalización de las empresas, sino a la simple media de todas las compañías, el retorno hubiera sido solo del 11,9%.

La plataforma de inversión AJ Bell`s acaba de publicar su informe “Manager versus Machine”. Solo un 35% de fon- dos de gestión activa superan la rentabilidad de los fondos pasivos en los últimos diez años. Según el mismo informe, desde 2022 los inversores minoristas has retirado 79 billones de libras de los fondos de gestión activa y han invertido 38 billones de libras en fondos de gestión pasiva.

El corazón y el dinero se mueve hacia donde está concentrada la rentabilidad.

*Ricardo Jiménez Hernández es asesor estratégico de Harmon.

PUEDE LEER ESTE Y OTROS ARTÍCULO EN EL NÚMERO DE OCTUBRE DE GESTORES