El mercado otorga una probabilidad elevada a que comience a reducirse el ritmo de compras del PEPP

German Garcia Mellado

Germán García-Mellado (A&G Banca Privada) | La reunión del 9 de septiembre del Banco Central Europeo, es una de los eventos que los inversores tienen marcado en el calendario. No sólo porque la autoridad monetaria actualizará las expectativas de crecimiento e inflación para los próximos años, sino que, tras las últimas declaraciones de miembros del Consejo de Gobierno, el mercado otorga una probabilidad elevada a que comience a reducirse el ritmo de compra de activos del programa lanzado por la pandemia (PEPP). Desde la reunión de marzo de este año, el BCE incrementó “de manera significativa” el ritmo de compras hasta una media de 80.000 millones de euros mensuales, volumen que probablemente se vea rebajado en la reunión de este jueves.

Lo cierto es que ante los datos macroeconómicos que hemos ido conociendo en los meses de verano en la Eurozona, con una inflación en el mes de agosto situándose en niveles del 3%, y ante la expectativa de se revisen al alza tanto las expectativas de crecimiento como de inflación para los próximos años, parece que los miembros del BCE con perfil más dovish no tendrán muchos argumentos para retrasar la reducción de compras del PEPP, con las incertidumbres económicas generadas por la variante Delta como único punto a su favor.

Probablemente, medidas de mayor calado, como qué se va a hacer cuando en marzo de 2022 el PEPP finalice o la refinanciación de los TLTROs, sean pospuestas para las reuniones de finales de año.  Son varias las opciones que se le presentan al BCE ante la futura reducción de compra de activos, y parece que la que gana más peso sería la modificación del otro programa que tiene abierto desde antes de la pandemia (APP), para dotarle de mayores volúmenes y de más flexibilidad. Hasta ahora, este programa adquiere 20.000 millones de euros mensuales, pero con el límite del 33% por emisor y en porcentajes similares a la ratio de participación de cada país en el capital del BCE.

Para mucho más adelante quedarán las decisiones de tipos de interés, sobre todo tras la actualización de estrategia llevada a cabo en el mes de julio, con la que se garantizan tipos bajos hasta que se alcancen niveles de inflación superiores al 2% de manera prolongada en el tiempo.