ETFs: esos grandes desconocidos

Fernando Luque* | Los fondos de inversión son mejores para invertir a medio y largo plazo, básicamente por sus ventajas fiscales, mientras que los ETFs (fondos cotizados) sólo sirven para operar a corto. Pero esto no es necesariamente cierto, ya que no tiene en cuenta el menor coste en comisiones de los ETFs, así como sus posibilidades para replicar mejor que los fondos clásicos el comportamiento de determinados sectores y/o activos.

Una de las leyendas que circulan por la comunidad financiera es que, si uno quieres invertir a largo plazo, el instrumento ideal es el fondo de inversión, básicamente por sus ventajas fiscales y en particular por la exención fiscal de los traspasos, es decir, que uno no paga impuestos por las eventuales ganancias generadas hasta vender las participaciones del fondo, pero mientras tanto puede ir cambiando de un fondo a otro sin preocuparse por Hacienda. Y es cierto. Es la gran ventaja de los fondos de inversión para el pequeño inversor.

Esa misma leyenda urbana también dice que para una inversión a corto plazo, los ETFs (exchange traded funds, o fondos coti- zados) serían los más adecuados. Es cierto que “especular” con fondos de inversión tiene poco sentido…

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*Fernando Luque es editor de Morningstar en España.