Franco Macchiavelli (Admirals España) | Es probable que la nueva guerra entre Israel y los palestinos de Gaza haya acabado con las esperanzas, al menos por ahora, de normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudí, lo que podría perturbar los mercados financieros y provocar turbulencias en los mercados.
En cuanto a la moneda de Israel, el shekel, ha experimentado una depreciación de casi el 10% frente al dólar y podría seguir aumentando en los próximos días. La inversión en el sector tecnológico israelí se desploma.
Los mercados miran con atención el posible contagio a la renta variable en caso de una escalada mayor que incluya la participación e intervención de otras naciones, todo ello en medio de la lucha contra la inflación, que podría desmoronarse y suponer un importante riesgo de aceleración de los precios y el combustible.
El reciente enfrentamiento puede impactar negativamente en los precios del crudo, pudiendo superar los 100 dólares por barril a corto plazo.
Por entrar en contexto: recordemos que medio siglo atrás, la OPEP suspendía la exportación de crudo a países que habían apoyado a Israel durante la Guerra de Yom Kipur, sin embargo, la situación actual es diferente a la ocurrida hace 50 años, ya que el conjunto de países árabes no está unido en un ataque conjunto a Israel, sino que países como Siria, Jordania, Arabia Saudí o Egipto están en modo espectador.
Pese a ello, la situación actual es extremadamente delicada debido al tensionamiento y delgada línea de riesgo de escalada debido a cualquier factor que incluya la intervención externa en favor de Israel, sobre todo tras las recientes declaraciones de Joe Biden, ratificando el apoyo de Estados Unidos a favor de Israel.
En lo referente a Irán, la producción de crudo ha incrementado en casi 700,000 barriles por día este año, convirtiéndose en la segunda fuente más importante de suministro adicional en 2023, después del petróleo estadounidense. Sin embargo, es conveniente recordar que una de las razones por las que la Casa Blanca toleró las exportaciones de petróleo iraní en el pasado fue debido al impacto negativo que tenían en Rusia, pero el contexto actual cambia el paradigma del escenario, por lo tanto, la reactivación del conflicto en Oriente Medio podría llevar a que la administración de Biden refuerce las sanciones, lo que a su vez podría impulsar los precios del petróleo por encima de los 100 dólares como mencionamos anteriormente.
Por otro lado, Rusia y Venezuela podrían salir beneficiadas en este contexto, ya que ambos países enfrentan sanciones que han afectado sus exportaciones de petróleo.
Si Washington decide imponer sanciones adicionales a Irán, esto podría abrir la puerta para que las exportaciones petroleras sancionadas por Rusia ganen participación en el mercado y obtengan precios más altos. Además, Venezuela también podría beneficiarse si la administración estadounidense opta por aliviar las sanciones como medida para aliviar la presión en el mercado petrolero.
La evolución de las próximas semanas será crucial para determinar el escenario global y mayores implicaciones en términos geopolíticos y macroeconómicos, pero hasta entonces, el mercado podría optar por el risk-off como movimiento prudente, mostrando mayor aversión al riesgo y optando por valores refugio.