La inflación está bajando en Reino Unido, pero no tan rápido como debiera

John Butler

John Butler (Wellington Management) | Los datos recientemente publicados muestran que la inflación británica bajó en julio un 0,9% y se sitúa un 4% por debajo de su nivel máximo. Sin embargo, la inflación sigue siendo elevada (6,8%) y la inflación subyacente no muestra signos de desaceleración (6,9%). Esta cifra supera nuestras expectativas y se compara con el 5,5% de la eurozona y el 4,7% de Estados Unidos. La senda de la inflación es especialmente difícil para Reino Unido, pero puede darnos una idea de lo que podría ocurrir en otros países.

Perspectivas de inflación y qué significan

La inflación del sector servicios subió al 7,4%, ya que los costes laborales siguen aumentando y las empresas pueden repercutir plenamente la subida de los salarios a los consumidores. Esto evidencia una espiral de precios y salarios, y la única forma de romperla es a través de un rápido aumento del desempleo o una caída repentina de la demanda; tenemos razones para creer que no sólo ninguno de estos escenarios resulta feliz, sino que también es poco probable que ocurra en un futuro próximo. A pesar de que los tipos se sitúan en el 5,25%, nuestros indicios no apuntan a una recesión que cree la debilidad que la economía necesita para bajar los precios.

Aunque hay indicios de que la política monetaria empieza a funcionar con algo de retardo (ralentización de las transacciones en el mercado inmobiliario, caída del empleo al ritmo más rápido desde 2009 y descuentos en los bienes de consumo), los salarios y la inflación del sector servicios no muestran signos de relajación. Resulta difícil justificar una pausa o recortes de tipos cuando el crecimiento salarial sigue siendo elevado y el desempleo bajo.

Consecuencias para los inversores

En lo que respecta específicamente a los gilts, la función de reacción del Comité de Política Monetaria determinará si se trata de un aplanamiento de la curva (es decir, si se venden los tipos a corto plazo) o de un empinamiento (es decir, si se venden los tipos a largo plazo a medida que aumentan las expectativas de inflación). Aunque el mercado había empezado a prever una pausa, es posible que el Banco de Inglaterra tenga que subir los tipos de interés otros 25 puntos básicos en su reunión de septiembre, aunque los datos de agosto se publicarán a tiempo para esta reunión.

La implicación más amplia de estos datos es que:

1) La inflación está bajando, pero no lo suficientemente rápido

2) Es probable que los tipos se mantengan más altos durante más tiempo

Como las economías son menos sensibles a las variaciones de los tipos de interés, la política monetaria tendrá que ser más enérgica para provocar la recesión necesaria para reducir la inflación. Esto es especialmente cierto en Reino Unido, pero también resuena en otras economías: a medida que la desinflación se estanca y la renta fija ofrece rendimientos estructuralmente más altos que los que hemos visto en los últimos 15 años, los inversores podrían tener que replantearse su asignación estratégica de activos.