Ulrike Kastens (DWS) | A pesar de la fuerte presión al alza de los precios en Alemania en diciembre, la inflación de la eurozona sólo subió al 2,4% desde el 2,2% de noviembre. Los precios se vieron impulsados de nuevo por los precios de los servicios, que subieron un 4%, dejando la tasa subyacente sin cambios en el 2,7%. Por primera vez desde julio de 2024, los precios de la energía también volvieron a subir, un 0,1% interanual. Los consumidores también tuvieron que gastar un 2,7% más en alimentos que el año anterior.
Las cifras de hoy coinciden con las previsiones del BCE para el cuarto trimestre de 2024. Sin embargo, las cifras alemanas también muestran que no hay que restar importancia a los riesgos de inflación subyacentes. Esto ya se ha reflejado en unas expectativas del mercado algo más escépticas respecto a la futura senda de recortes de tipos.
Sin embargo, el BCE no depende de datos aislados. La debilidad de la economía se está convirtiendo cada vez más en un quebradero de cabeza para algunos banqueros centrales. Además, los indicadores adelantados muestran que a las empresas les resulta cada vez más difícil imponer subidas de precios debido a la debilidad de la demanda. Por lo tanto, esperamos que la inflación se sitúe en torno al objetivo del 2% fijado por el Banco Central para 2025. Seguimos esperando un nuevo recorte de 25 puntos básicos del tipo de depósito en enero.