Sebastian Zank (Scope Ratings) | Es probable que los impagos de las empresas europeas sigan aumentando en los próximos meses antes de estabilizarse a finales de año, a medida que las condiciones de financiación se relajen por el mayor crecimiento económico, la inflación más moderada y las medidas de ahorro de las empresas.
Creemos que las tensiones geopolíticas, el lento crecimiento económico, la ausencia de programas de apoyo estatales de mayor envergadura y la desaparición de los efectos positivos de la demanda reprimida en algunos sectores, así como la cautela de los bancos centrales a la hora de reducir los tipos de interés dados los todavía elevados niveles de inflación, seguirán ejerciendo presión sobre las empresas, lo que se traducirá en un aumento de los impagos corporativos en toda Europa en el primer semestre de 2024. Las últimas estadísticas sobre impagos de Eurostat muestran un nuevo récord provisional de suspensión de pagos de empresas en el segundo trimestre de 2024, que supera con creces el número de empresas creadas.
Estrés empresarial: las quiebras se asientan en un nivel elevado (Ejercicio 2021 = 100. Desestacionalizado)
Suecia y los Países Bajos también han experimentado repuntes significativos, con un aumento de los impagos del 34% y el 37%, respectivamente. Alemania y Francia no se han librado, con aumentos del 24% y el 18% en comparación con el primer semestre de 2023.
A pesar de esta tendencia, existen focos de estabilidad. El Reino Unido, por ejemplo, registró un ligero descenso interanual del 2% en las insolvencias, el nivel de impagos empresariales de Noruega se estancó, mientras que Dinamarca y Hungría experimentaron una reducción más sustancial del 19% y el 9%, lo que indica cierta estabilización.
Estas cifras ponen de relieve el carácter desigual de la recuperación económica en Europa, donde algunos mercados están logrando estabilizarse, mientras que otros siguen lidiando con crecientes presiones financieras.
Persiste la presión sobre los ratings en medio de signos de estabilización
Nuestro análisis de aproximadamente 300 empresas indica una presión sostenida sobre los ratings y un elevado riesgo de impago, con acciones de calificación negativas que afectan a alrededor del 25% de la cartera de crédito en el primer semestre de 2024, reflejando las tendencias del ejercicio fiscal 2023. Además, hemos registrado tres defaults selectivos durante este periodo.
En particular, las empresas sin grado de inversión se han visto afectadas de forma desproporcionada, ya que alrededor del 40% ha experimentado acciones de calificación negativas y el 20% mantiene una perspectiva negativa. Por el contrario, las compañías con grado de inversión han experimentado una tendencia más favorable, con calificaciones positivas que superan a las negativas, y sólo el 10% de las calificaciones con grado de inversión mantienen una perspectiva negativa. Esta divergencia pone de manifiesto una brecha cada vez mayor entre las empresas con ratings sólidos, que en general están reforzando sus perfiles crediticios, y las emisiones más especulativas, que son cada vez más vulnerables.
Sin embargo, el creciente optimismo sobre futuros recortes de los tipos de interés a medida que disminuya la inflación se combinará con una lenta recuperación de la economía hacia finales de año. La producción de la eurozona volverá a registrar un crecimiento más sólido, del 1,1% en 2024 y de hasta el 1,7% en 2025, tras el estancamiento de 2023.
Muchas empresas se están adaptando con éxito a este difícil entorno, y los programas de ahorro de costes empiezan a dar sus frutos. La última encuesta sobre préstamos bancarios del Banco Central Europeo también indica una disminución de la presión sobre el endurecimiento de las normas de concesión de préstamos, lo que proporciona cierto alivio a las compañías.
Estos factores de apoyo sugieren que, si bien persiste el riesgo de impago de las empresas, la situación podría estabilizarse, y las presiones más graves empezarían a remitir hacia finales de 2024.