Pese a las tasas de impago esperables en EEUU y Europa, la salud financiera de los emisores de deuda de alto rendimiento ha mejorado

Akram Gharbi

Akram Gharbi (La Française AM) | La calidad general de los emisores de alto rendimiento (high yield), tanto en Estados Unidos como en Europa, es mejor hoy en día en comparación con ciclos económicos anteriores. Sin embargo, esto no sucede en el mercado deleveraged loans (crédito apalancado), concretamente en Estados Unidos, donde los emisores han sufrido importantes rebajas en los últimos meses. El número de emisores con calificación CCC ha aumentado considerablemente, especialmente en los sectores tecnológico y sanitario. El mercado de préstamos apalancados en Estados Unidos ha dado muestras de inestabilidad desde principios de año, alcanzando un máximo de 15 años en el número de impagos de pequeñas empresas.

Pero la mejora de calidad en el mercado de alto rendimiento y el menor riesgo de impago asociado de los emisores hacen que esta clase de activos sea más resistente en caso de recesión. Así pues, si bien anticipamos un aumento de las tasas de impago en Estados Unidos de entre el 4,5% y el 5% en 2023 frente al 2,5% de 2022, a largo plazo, las tasas de impago deberían mantenerse en línea con la media histórica y muy por debajo de las tasas observadas durante las crisis financieras de 2001 y 2008, cuando se dispararon por encima del 15%. En Europa, también prevemos un aumento de las tasas de impago. Esperamos que terminen el año en torno al 3,5%, frente al 1,5% de 2022. Pero, en general, la salud financiera de los emisores de deuda de alto rendimiento, en Europa y Estados Unidos, ha mejorado en relación con ciclos anteriores.

En la actualidad, dadas las incertidumbres macroeconómicas, en el mercado de crédito de alto rendimiento favorecemos los sectores defensivos, como servicios, telecomunicaciones, alimentación y salud. Seguimos siendo muy cautos con los sectores cíclicos, como la industria manufacturera, el comercio minorista, las materias primas, el consumo cíclico, etc. Las pequeñas empresas con márgenes operativos débiles probablemente sufrirán un aumento de los costes de financiación. Además, los sectores que se beneficiaron de una política monetaria acomodaticia durante la pasada década (por ejemplo, el sector inmobiliario en el norte de Europa) también sufrirán las consecuencias de la subida de tipos y la ralentización económica, especialmente las empresas muy endeudadas.

En términos de exposición geográfica, preferimos Estados Unidos y Europa. No consideramos interesantes las valoraciones de los mercados emergentes, especialmente a la luz de los riesgos asociados. De hecho, prevemos un mayor aumento de las tasas de impago en los mercados emergentes en relación con el resto del mundo.

En términos de duración, la curva está relativamente plana, por lo que favorecemos los bonos con una duración de cuatro a seis años, que ofrecen lo que consideramos un buen carry y un potencial retorno roll down.