Bancamarch | La inflación, como se esperaba, repunta en Estados Unidos. Los datos de precios al consumo de noviembre dejan pocas sorpresas, al confirmarse las expectativas de un nuevo repunte de la inflación.
El IPC estadounidense escaló una décima hasta el +2,7% al tiempo que la tasa subyacente repitió niveles del +3,3% interanual. El aumento de la inflación general se debió principalmente a una menor caída de los precios energéticos (-3,1% interanual vs. -4,8% anterior) con lo que retiraron en noviembre dos décimas al IPC frente a las tres del mes previo, lo que confirma que el efecto arrastre de los menores precios de la energía se está reduciendo. Por otro lado, la inflación de los alimentos se acelera ligeramente al subir +2,4%, tres décimas más que en el mes anterior. En cuanto a la tasa subyacente, se mantuvo estable, pero con diferencia de componentes: se frena la caída de los precios de los bienes industriales no energéticos (-0,6% vs. -1,0% el mes anterior), mientras que los servicios se moderaron (+4,6% vs. 4,8% el mes anterior), una noticia positiva, si bien este componente se mantiene todavía en cotas muy elevadas y por sí solo aporto 2,7 p.p. al IPC (es decir, explica prácticamente la totalidad de la inflación).
Con estos datos, noviembre marca el segundo mes consecutivo de aumento de la inflación general y el sexto de estancamiento de la inflación núcleo (desde junio la inflación subyacente permanece en estos niveles). Unas cifras que, si bien confirman que a la inflación le está costando acercarse al objetivo del +2% interanual, los precios no se están “reacelerando” y con ello deja margen para que la Fed rebaje tipos de forma paulatina.