El presidente de CIE Automotive dice que la política europea de transición energética en la automoción es un desastre

CIE Automotive fábrica coches

Link Securities | El presidente de CIE Automotive (CIE), Antón Pradera, afirmó, en un acto organizado por Deusto Business Alumni y Deloitte en Bilbao, que la política europea de transición energética en la automoción es un desastre, según recoge este jueves el diario Expansión.

Así de contundente se mostró Pradera este miércoles, advirtiendo que el sector en la UE está «muy muy preocupado», porque ha dejado de ser campeón mundial y, frente a las subvenciones de China a su industria y las ayudas fiscales de Estados Unidos a sus fabricantes, las empresas europeas se enfrentan a una transición «montada a base de multas».

Además, el responsable de CIE comparó el escaso apoyo a los grupos de automoción en comparación con los incentivos que se han dado en Europa y en España para el desarrollo de la eólica y demás renovables. En su opinión, es necesario incentivar y subvencionar la demanda del vehículo eléctrico, porque es caro y no da el mismo servicio que un coche de combustión, ya que «está todavía en pañales». La demanda es algo que la industria no puede controlar, y que va a depender de los incentivos, insistió. «No se puede gestionar el cambio con multas, sino con ayudas; si no, van a ganar otros y esto tendrá un alto coste social en Europa».

Según Pradera, a día de hoy no está claro quién es responsable de la red de puntos de recarga, cuestión que no debe recaer en los grupos de automóviles porque «no pueden con todo». El sector ha vivido tres años muy buenos de rentabilidad, pese a su exceso de capacidad; panorama en el que la crisis del suministro y de los chips ha ocultado el problema. Y 2024 es el primer ejercicio en que las empresas de la UE están sufriendo la competencia china: pierden cuota en Europa y se quedan sin mercado en China, destacó.

El presidente de CIE se ha declarado un «fan radical» del coche híbrido, dada la necesidad de «ir poco a poco» y de no pasarse de purista. Además, ha advertido de que a la industria de automoción le vienen otras dos grandes olas: el coche autónomo, que tendrá mucho de inteligencia artificial; y el hidrógeno. A su juicio, la UE debería tomar posiciones y subirse a estas olas, que cambiarán todo el transporte. En cambio, la apuesta por las baterías tiene un alto coste ambiental y depende de materias primas que vienen de China, lo que aumentaría el riesgo geoestratégico.