¿Ha hecho ya la Fed todo el trabajo?

fed_noviembre_2022

Intermoney | La política monetaria será lo más importante en la presente semana al contar con las reuniones de política monetaria de los dos principales bancos centrales, la Fed y el BCE. Comenzando con la institución estadounidense, a medida que el encuentro se ha ido acercando, el rumor de acciones fue ganando peso. La buena salud de la economía estadounidense se ha plasmado en una enorme resistencia de los indicadores macroeconómicos y reforzada por la visión favorable que se desprendía de los resultados empresariales del 1tr23. Con la temporada de resultados el primer trimestre terminada el 76,9% de las empresas informaba de beneficios por encima de lo estimado, lo supone sobrepasar el 66,3% del promedio a largo plazo y el 73,5% del último trimestre de 2022.

El factor sorpresa de los beneficios se situó a su vez en el 7,2%; lo que supone un máximo de varios trimestres y también por encima del promedio del 4tr22 (4,2$) y del promedio a largo plazo (4,1%) destacando las sorpresas de JP Morgan, Bank of America, Microsoft, Apple, Amazon, Exxon, Ford o Moderna entre otros. De hecho, 39 compañías de un S&P500 que lleva una ganancia acumulada en el año del 12%, informaba de unos resultados que sobrepasaban ese 7,2% de sorpresas.

El escenario económico cambiante ha ocasionado que el mercado vire drásticamente en sus expectativas a medida en base al sesgo de la información macroeconómica. Una semana después de la reunión de comienzos de mayo, la curva de fed funds señalaba que los siguientes pasos de la Reserva Federal serían reducir los tipos de interés en base a una inminente recesión, apuntándose a uno nivel de 4,292% a finales del presente año. Ahora, en los días previos a la reunión, la curva apunta a una nueva subida en julio y recortes en la recta final del año.

El visible cambio visto en las expectativas puede significar disentimiento dentro del propio FOMC, algo poco común pero que, si nos ceñimos a los comentarios de ciertos miembros del comité, no generaría extrañeza que algunos como Neel Kashkari (Fed de Minneapolis) o Michelle Bowman apuntasen a la necesidad de seguir endureciendo los tipos. Si bien la disidencia de un presidente regional de la Fed es más común, sería la primera vez desde 2005 que un gobernador de la Fed disiente.

La clave en este aspecto estará en las proyecciones del diagrama de puntos actualizado. Aquí estará realmente lo interesante, pues el mercado apunta a un nivel de llegada de 5,3% como tasa terminal y nosotros, desde IM, pensamos que ese nivel no estaría del todo justificado. Desde nuestro punto de vista, los efectos derivados de los ajustes de política monetaria están comenzando a filtrarse a la economía real, si bien no con la celeridad que al mercado le gustaría. Esto es algo lógico si consideramos el amplísimo apoyo en forma de política fiscal expansiva unido a un mercado laboral con amplios huecos ha generado una fortaleza anómala en los hogares estadounidenses.

Eso no es fácil de doblegar, aunque en las referencias macro se lleva viendo cierta reversión. Desde nuestro punto de vista, hay que huir de las grandes líneas y poner el foco en las entrañas de la información en clave de datos. Por ejemplo, en la presente semana las ventas minoristas correspondientes al mes de mayo veremos cómo los consumidores limitan el gasto en categorías sensibles a los tipos de interés como automóviles y compras de bienes discrecionales. Los servicios ocupan una mayor parte de los planes de gasto de los hogares, por lo que continuarán siendo la parte resistente.

El deterioro del sector industrial seguirá haciéndose más evidente. La producción industrial de mayo evolucionará a la baja (+0,2% m.), mientras que los efectos de base generarán cierto lastre en el crecimiento de la producción industrial general a medida que nos acercamos al verano. Las empresas son cautelosas a la hora de aumentar la producción, a medida que anticipan caídas en la demanda. La demanda acumulada de automóviles puede ayudar a respaldar la producción en el futuro, pero esperamos cierta moderación después del aumento de abril. Salvando esto, la visión de la actividad fabril no será muy favorable como ya hemos visto en los indicadores adelantados. El índice Empire State de junio ratificará esto mismo, principalmente en lo referente a los nuevos pedidos que seguirán evolucionando a la baja, a la vez que esperamos un debilitamiento marginal de las expectativas de los productores sobre la demanda futura y el crecimiento de los precios.

Al margen del evidente cambio de consumo desde el sector secundario al terciario, el endurecimiento de las condiciones crediticias no se hace notar igual en todos los estratos tanto de la sociedad como a nivel empresarial. Las pequeñas compañías son más sensibles a las subidas de tipos, por lo que no debe de extrañarnos que el optimismo en base al índice NFIB siga goteando poco a poco a la bajaespecialmente en contratación y precios de venta se refiere.

Aquí están las dos claves que realmente preocupan a la Reserva Federal. El mercado laboral ha sido especialmente rocoso, pero, como explicado anteriormente, si miramos con lupa se pueden percibir ciertos destellos de esperanza hacia un enfriamiento del mismo. Frente al repunte inesperado de las vacantes de empleo, se percibía una normalización de las renuncias voluntarias, lo que evidencia que los agentes económicos perciben condiciones menos favorables en los puestos de trabajo. En cuanto al último dato de nóminas, había una leve moderación en el empleo y un incremento del pool de mano de obra. El promedio en la duración del desempleo también escalaba, al igual que el ratio de abandono de trabajo se veía recortado.

El mercado laboral va dejando leves señales de moderación, pero lo cierto es que con unas vacantes por encima de los 10 millones y una tasa de desempleo en el 3,7% es muy difícil vender la idea de una recesión en el corto plazo. En función de la actualización que el FOMC haga de la tasa de desempleo así como del PIB se podrá ver más claramente lo que el banco central cotiza, pues de manera explícita no escucharemos mención a una recesión.

El otro punto será la visión hacia la inflación, de la cual esperamos que haya leves cambios al alza, aunque previamente el banco central contará con información más clara en clave precios al publicarse el martes el IPC estadounidense de mayo. La continua evolución a la baja en los precios de la energía y el enfriamiento en la demanda de bienes incidirá en las menores tasas de IPC. La resistencia en los precios ha estado marcada por las partidas de precios de la vivienda. Con la llegada del verano, la renegociación de los alquileres debería de evolucionar a la baja y eso irá también incidiendo junto al enfriamiento de la renta equivalente del propietario.