J. J. Fdez- Figares (Link Securities) | En una sesión de escasa actividad, los principales índices bursátiles europeos cerraron ayer al alza, recuperándose así parcialmente de los descensos que experimentaron la semana pasada. El Ibex-35 fue de los pocos que se desmarcó de esta tendencia, al terminar la sesión ligeramente a la baja, lastrado por el negativo comportamiento de algunos de los valores que más ponderan en el mismo, tales como Inditex (ITX), Iberdrola (IBE) o Telefónica (TEF), negativo comportamiento que no pudo ser compensado del todo por el positivo mostrado durante la sesión por el sector bancario.
Durante la jornada en Europa los precios de los bonos volvieron a ceder terreno, lo que provocó un nuevo repunte de sus rendimientos, algunos de los cuales se han vuelto a situar muy cerca de sus niveles más elevados del año. A la espera de lo que haga y diga el BCE, cuando reúna a su Consejo de Gobierno el próximo jueves, los inversores continúan especulando sobre los posibles movimientos que en materia de política monetaria realice este año el organismo. En principio no se espera que en la reunión del jueves el BCE lleve a cabo ninguna actuación en este sentido, aunque las apuestas están altas en lo que concierne a la posibilidad de que, tanto en el comunicado post reunión como en la rueda de prensa posterior a la misma, que mantendrá su presidenta, la francesa Christine Lagarde, se confirme que la primera reducción de tipos oficiales tendrá lugar el próximo junio. No está tan claro si se darán pistas sobre futuros movimientos, aunque una gran parte del mercado cree que, tras la bajada de junio, el BCE llevará a cabo otra en julio y dos más en lo que resta de ejercicio. Por el comportamiento de ayer de los bonos, o bien los inversores en estos activos no contemplan este escenario, o bien no les entusiasma demasiado dadas las expectativas que manejaban a principios de año de una actuación más pronta y agresiva por parte del BCE.
En Wall Street la sesión de ayer puede calificarse como de transición, con los principales índices cerrando el día prácticamente planos, consolidando de esta forma sus avances del pasado viernes. Los volúmenes de ayer en este mercado fueron de los más bajos del año, lo que dice mucho de cómo afrontaron los inversores la jornada, con muchos de ellos a la espera de conocer las cifras de la inflación de marzo, que se publicarán mañana en EEUU. Hay cierto temor a que esta variable haya vuelto a repuntar en el citado mes, algo que se vio reflejado ayer en el negativo comportamiento de los precios de los bonos, que siguieron cayendo, mientras que sus rendimientos, al igual que en Europa, nuevamente se acercaban o marcaban máximos anuales.
Hoy, en principio, esperamos que los inversores se tomen la jornada a “título de inventario”, con muchos de ellos manteniéndose al margen de los mercados, a la espera de las principales citas que deberán afrontar en lo que resta de semana, especialmente la publicación mañana en EEUU de la lectura del IPC de marzo y el jueves de la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, citas que, en ambos casos, pueden “mover” los mercados de renta fija y variable en un sentido u otro. Por tanto, apostamos hoy por una apertura de las bolsas europeas sin una clara tendencia, en una sesión de escasas referencias macroeconómicas y empresariales, siendo probable que los principales índices de estos mercados se mantengan durante el resto de la jornada moviéndose en un estrecho intervalo de precios. Por lo demás, destacar que esta madrugada las bolsas asiáticas han cerrado en su mayoría al alza, y que tanto el dólar como el precio del crudo se muestran estables, mientras que los rendimientos de los bonos se están relajando ligeramente.
Por último, señalar que habrá que seguir atentos a las noticias sobre las conversaciones de alto el fuego que están llevando a cabo en Egipto las partes implicadas en el conflicto de Gaza, conversaciones que parece que no están avanzando y que podrían provocar, de fracasar, un repunte de la tensión en Oriente Medio y, por ello, impulsar más aún al alza el precio del petróleo, con lo que ello conlleva de negativo, al convertirse en una nueva traba en la lucha de los bancos centrales contra la inflación.