Intermoney | En cuanto a clave geopolítica, la Administración Trump ha anunciado sanciones sustanciales
contra Rusia ante la creciente frustración en Washington por la guerra en Ucrania, siendo el primer paquete de sanciones en este mandato. En concreto, estas sanciones iban contra las dos mayores petroleras rusas, Lukoil y Rosneft, así como a casi tres docenas de sus filiales que en conjunto bombean 5 millones de barriles diarios, representando en torno a la mitad de las exportaciones de petróleo del país. Con estas sanciones, se podría impedir que países o empresas extranjeros realicen negocios con las petroleras y aislarlas de gran parte del sistema financiero internacional.
En palabras de un alto funcionario ,“Rosneft y Lukoil estaban excluidas de los mercados de capitales estadounidenses. A partir de hoy, quedan totalmente excluidas del dólar, de cualquier tipo de transacción”. Es relevante esta nueva actitud de la Casa Blanca porque representa un giro en la política de Trump, el cual había anunciado la semana pasada que se reuniría con Putin en las próximas semanas. Sin embargo, la falta de compromiso de Rusia por llegar a un acuerdo pacífico ha desatado este cambio de postura que, además, abre la puerta a sanciones más severas y de otra índole.
Así lo confirmaba el secretario del Tesoro, Scott Bessent en cuanto a que “El Tesoro está dispuesto a tomar nuevas medidas si es necesario”. La cuestión es si estas medidas reducirán efectivamente los flujos de petróleo ruso (principalmente hacia la India), porque ya hemos visto anteriormente diversas formas en las que Rusia ha logrado escapar de estas sanciones. La forma de hacerlas efectivas por parte de Trump creemos que puede pasar por castigar también al importador, con aranceles más agresivos, que es algo que precisamente ya han acometido con India. De hecho, Biden ya impuso sanciones similares a los productores de petróleo rusos Gazprom Neft y Surgutneftegas, junto con sanciones a una gran parte de la flota paralela de petroleros de Rusia y esto por sí solo apenas tuvo efectos sobre las exportaciones rusas.
A este paquete se le unían las nuevas sanciones por parte de la UE, que tienen por objetivo prohibir las importaciones de gas natural licuado a partir de 2027. Asimismo, se sancionará a 117 buques adicionales de la llamada “flota en la sombra”, que han permitido a Rusia evadir sanciones anteriores. Concretamente, la UE dejará de comprar GNL a la compañía Yamal, y debemos recordar que el año pasado sólo Europa absorbió alrededor del 68% de la producción de Yamal de esta compañía, por la que en este caso sí hay efectos más visibles. Las acciones del bloque europeo y de EEUU tenían como resultado una acusada subida en los precios del crudo con el Brent encareciéndose un 5,0% (65,71 dólares por barril) mientras el WTI lo hacía en un 5,3% (61,6 dólares). En la misma dirección, aunque con menos intensidad, los precios del gas europeo también se elevaban, con la referencia del Dutch TTF encareciéndose un 2%. Y sin salir de las materias primas, quien también salía beneficiado era el oro, que había sufrido un par de sesiones muy negativas y que ahora recuperaba algo (4.108$/onza), beneficiándose de las tensiones geopolíticas.



