Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | Tras una semana negativa en las bolsas europeas, y ya van unas cuantas en los últimos dos meses, que se “arregló” algo tras el giro al alza que experimentaron los principales índices de estos mercados el viernes, los inversores afrontan una nueva semana en la que la publicación de los datos de inflación de septiembre en Estados Unidos, así como el inicio oficioso de la temporada de resultados trimestrales en Wall Street centrarán toda su atención, factores a los que se ha unido a última hora la guerra en Palestina, iniciada este fin de semana tras el ataque sorpresa de los terroristas de Hamás contra Israel, ataque que, si se confirma la participación de Irán en su planificación, podría incrementar la tensión geopolítica en la región. De momento, esta madrugada el precio del crudo está subiendo con fuerza (cerca del 4%), algo que entendemos que puede ser mal recibido por los mercados de bonos y de acciones occidentales.
Desde comienzos del mes de agosto los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses han corregido con cierta intensidad, una parte importante de las ganancias que habían acumulado hasta entonces. El hecho de que la inflación se esté mostrando más resistente de lo esperado en un principio, algo en lo que el fuerte repunte que el precio del crudo ha experimentado en los últimos meses está jugando un papel importante, ha llevado a los bancos centrales a lanzar el mensaje de que los tipos de interés se mantendrán altos durante más tiempo del estimado inicialmente. Este mensaje ha “pillado” a los inversores en los mercados en bonos con “el pie cambiado”, propiciando fuertes caídas en los precios de estos activos y, por consiguiente, un importante repunte de sus rendimientos, especialmente de los de los bonos con vencimiento a más largo plazo, hecho este último que ha penalizado con dureza el comportamiento de la renta variable. Decir en este sentido que el incremento de los tipos de interés, concretamente de los a largo plazo, afecta a la renta variable directamente por varios motivos: i) unos tipos de interés más altos encarecen la financiación de particulares, empresas y estados, lo que tiene un impacto directo en el crecimiento económico y, por ende, en las expectativas de resultados empresariales; además, ii) el encarecimiento de la financiación impacta también en los costes financieros de las compañías y, por tanto, en sus resultados, pudiendo igualmente limitar la capacidad de muchas de ellas de acudir al mercado para financiar nuevos proyectos o, incluso, para refinanciar los vencimientos de sus deudas; por último, también iii) impacta en las valoraciones de las compañías, tanto por la revisión a la baja de sus expectativas de resultados en un escenario macroeconómico de menor crecimiento como por el hecho que unos tipos a largo plazo más elevados incrementan la tasa que utilizan los analistas para traer a valor presente (descontar) los flujos de caja futuros de las cotizadas. Todo lo anterior justifica en gran medida el negativo comportamiento de unas bolsas que, al menos por ahora, seguirán mostrándose muy condicionadas por la evolución de los rendimientos de los bonos.
No obstante, y a partir del viernes, día en el que oficiosamente se inicia la temporada de publicación de resultados trimestrales en Wall Street, con tres de las grandes entidades de crédito estadounidenses, JP Morgan (JPM-US), Citigroup (C-US) y Wells Fargo (WFC-US) dando a conocer sus cifras correspondientes al 3T2023, los inversores dispondrán de “nueva” información de gran relevancia sobre cómo están afectando hasta el momento las alzas de tipos a los resultados de las cotizadas y sobre cómo esperan sus gestores que lo hagan en el futuro, teniendo en cuenta el impacto de las mismas en el crecimiento económico global. En este sentido, señalar que, tras tres trimestres de caídas interanuales de los beneficios netos de las compañías integradas en el S&P 500, se espera que en el pasado trimestre éstos hayan crecido ligeramente. Como siempre, habrá que estar atentos a las cifras que den a conocer las compañías y, sobre todo, a las expectativas de negocio que manejen sus directivos. Durante la semana, además, otras importantes compañías, de referencia en sus sectores, también publicarán sus cifras trimestrales: PepsiCo (PEP-US), el martes, y Delta Air Lines (DASL-US), Domino’s Pizza (DPZ-US) y Walgreens Boots Alliance (WBA-US), el jueves.
Hoy, y en una jornada en la que los mercados de bonos estadounidenses estarán cerrados por la celebración en Estados Unidos del día de Colón -las bolsas sí estarán abiertas-, esperamos que los principales índices bursátiles europeos abran a la baja, penalizados por la tensión en Oriente Medio que, como hemos señalado, ha propiciado un fuerte repunte del precio del crudo esta madrugada en los mercados asiáticos. En este sentido, señalar que, si se demuestra la participación directa o indirecta de Irán en el ataque perpetrado por Hamás, ello podría conllevar nuevas sanciones contra este país, tensionando aún más los mercados de crudo mundiales, dificultando de este modo la lucha contra la inflación que están llevando a cabo los bancos centrales. A la espera de comprobar cómo evoluciona el nuevo conflicto, entendemos que los inversores optarán hoy por la prudencia, reduciendo algo sus posiciones de riesgo. Por lo demás, comentar que la agenda macroeconómica del día de hoy es liviana, destacando únicamente la publicación en Alemania de la producción industrial de agosto, que se espera se haya reducido ligeramente en términos mensuales, y en la Eurozona del índice Sentix de confianza inversora del mes de octubre, índice que se estima continúe a niveles muy bajos.