Lo más relevante de la semana es la reunión del BCE el próximo jueves, en la que modificará sólo sus “guías”, no los principales parámetros de su política monetaria

BCE_Atril_Prensa

J. J. Fdez- Figares (Link Securities) | El “renovado” miedo a la alta inflación en EEUU, del que luego hablaremos, y el temor de los inversores a que la expansión de la variante Delta del Covid-19 impacte negativamente en la recuperación económica global seguirán lastrando hoyel comportamiento de las bolsas europeas y estadounidenses cuando abran. Así, el viernes la publicación de la lectura preliminar de julio del índice de sentimiento de los consumidores en EEUU, índice que elabora mensualmente la Universidad de Michigan y que experimentó un inesperado descenso con relación a la lectura final de junio, fue muy mal recibida por los inversores, ya que tanto el subíndice que mide la percepción que tiene este colectivo de la situación actual como el que mide sus expectativas bajaron por sorpresa, lastrados ambos por el temor de los consumidores a la elevada inflación. Las expectativas de inflación de este colectivo se situaron en julio a su nivel más elevado desde agosto de 2008. En este sentido, cabe señalar que la inflación actúa como un impuesto, impactando negativamente en la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, lo que puede a medio plazo limitar el consumo y penalizar el crecimiento económico del país, sobre todo de una economía como la estadounidense en la que el consumo privado representa el 70% del PIB. Si bien las cifras de ventas minoristas de junio, que también se publicaron el viernes, fueron muy positivas, habrá que ver cómo evolucionan a partir de ahora y si, como anticipa el índice de sentimiento de los consumidores, las elevadas expectativas de inflación lastran su comportamiento en los próximos meses, algo que sería extrapolable al resto de economías desarrolladas, concretamente a las europeas, en las que se prevé que la inflación repunte con fuerza en los próximos meses. 

Por otro lado, el temor a que la expansión de la variante Delta del coronavirus pudiera llevar a muchas autoridades a reinstaurar restricciones parece que está empezando a cumplirse, a pesar de que sea evidente que en esta “nueva ola” del virus se ha roto la correlación entre positivos, hospitalizaciones y defunciones. No obstante, los políticos suelen apostar por lo seguro, sin querer asumir responsabilidades que luego puedan lastrarles sus expectativas electorales, por lo que “la tentación” de volver a limitar la movilidad de las personas y la actividad de muchas empresas es elevada, aunque, de momento, las medidas adoptadas en este sentido están siendo más de tipo “quirúrgico” y, entendemos, con poco impacto económico. No obstante, los inversores parece que han decidido ponerse “la venda antes de la herida”, optando por reducir algunas posiciones de riesgo por lo que pueda ocurrir. 

Si bien tanto “la alta inflación” como la expansión de la nueva ola del Covid-19 son las excusas que se están manejando en los mercados en las últimas semanas para explicar la reducción del riesgo y las tomas de beneficios en muchos valores, especialmente de los más ligados al ciclo económico, en nuestra opinión lo que están provocando los recortes en los mercados tiene más un componente técnico que fundamental. Las bolsas occidentales han subido mucho en los que va de ejercicio, lo que ha llevado a muchos índices y valores a alcanzar niveles elevados de sobrecompra. Es por ello que una pequeña corrección no puede sorprender a nadie. Es más, como ya hemos comentado en alguna ocasión, puede ser hasta saludable y ofrecer buenas oportunidades de entrada en muchos valores. En nuestra opinión, la ingente liquidez inyectada al sistema por bancos centrales y gobiernos, especialmente el estadounidense, y la falta de alternativas de inversión atractivas, limitarán las caídas en los mercados de valores salvo que aparezca un factor nuevo, que modifique sustancialmente el escenario macro que manejan los inversores en la actualidad. 

Centrándonos en la semana que hoy comienza, cabe destacar que tanto la agenda macro como la empresarial es intensa. Así, y en el ámbito macro, lo más relevante es la reunión que celebrará el Consejo de Gobierno del BCE el próximo jueves, en la que, se espera que la institución modifique sus “guías”, aunque no los principales parámetros de sus políticas monetarias. Además, el viernes se darán a conocer en la Zona Euro, Alemania, Francia, Reino Unido y EEUU las lecturas preliminares de julio de los índices adelantados de actividad sectoriales, los conocidos PMIs que elabora la consultora IHS Markit. Será interesante comprobar si la inflación y la nueva ola de la pandemia han empezado a ralentizar el ritmo de expansión de la actividad privada en estas economías. 

Por otro lado, y en lo que hace referencia a la agenda empresarial, señalar que en esta semana la temporada de presentaciones de resultados trimestrales comienza a coger ritmo en Wall Street, mercado en el que darán a conocer sus cifras en los próximos días empresas de gran relevancia en sus sectores de actividad como IBM (HOY); Netflix, Chipotle Mexican Grill, Halliburton, Intuitive Surgical, y United Airlines (martes); Coca-Cola, Johnson & Johnson, Texas Instruments y Verizon Communications (miércoles); AT&T, Twitter, Biogen, Snap, American Airlines Group, Intel, y Southwest Airlines (jueves); y American Express, Honeywell International y Schlumberger (viernes). Además, y en las principales plazas europeas, la temporada se iniciará esta semana, con empresas como SAP, ASML Holding, Novartis, Roche, Unilever y Volvo publicando sus cifras. En este sentido, señalar que en la bolsa española en los próximos días darán a conocer sus resultados dos empresas del Ibex-35: Iberdrola (IBE), el miércoles, y Bankinter (BKT), el jueves, mientras que será la próxima semana cuando casi la totalidad restante de los componentes del Selectivo publique las suyas. 

Hoy, y para empezar, esperamos que las bolsas europeas abran claramente a la baja, siguiendo así la estela dejada el viernes por Wall Street y esta madrugada por las principales plazas asiáticas. Como hemos señalado, y a corto plazo, factores como la elevada inflación y el potencial impacto económico de la variante Delta del coronavirus lastrarán el comportamiento de los activos de riesgo. Una buena temporada de resultados empresariales podría servir de contrapeso, evitando “males mayores”, aunque, por ahora, las empresas que han dado a conocer sus cifras en Wall Street y que han superado holgadamente lo esperado por los analistas no “han sido recompensadas” por los inversores como suele suceder en estos casos. Habrá que ver si ésta va a ser o no la dinámica general en esta ocasión, algo que iremos descubriendo en las próximas semanas.