Varios miembros del consejo del BCE defenderán una subida de 0,75 puntos en septiembre

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | La intervención del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en el simposio de bancos centrales de Jackson Hole (Wyoming) determinó, tal y como esperábamos, y para mal, la tendencia de cierre semanal de las bolsas europeas y estadounidenses, provocando fuertes descensos tanto en los mercados de bonos como en los de acciones. De esta forma, los principales índices de renta variable de estas regiones encadenan dos semanas a la baja, semanas en las que han cedido todo lo ganado en el mes de agosto y una pequeña parte de lo avanzado en julio. 

El discurso de Powell tuvo “la finalidad”, entendemos, de devolver a muchos inversores a la realidad. Así, en los últimos meses muchos de ellos habían apostado claramente por un escenario en exceso “optimista”, en el que la inflación comenzaba a ceder, el crecimiento económico, el mercado laboral y los resultados empresariales se mostraban resistentes y los bancos centrales comenzaban a plantearse “levantar el pie del acelerador” en su proceso de alzas de tipos. Este escenario, que se correspondería con lo que se podría calificar como un “aterrizaje suave” de las principales economías desarrolladas, nos planteaba muchas dudas, dudas que Powell ha venido a ratificar. No obstante, ha sido la posibilidad de que el escenario descrito se cumpla lo que ha permitido a los mercados de bonos y de acciones occidentales recuperar una parte importante de lo cedido durante los primeros seis meses del presente ejercicio, por lo que, tras lo dicho por Powell, es normal que ambos mercados corrigieran con fuerza, y eso a pesar de que las declaraciones de Powell, que estuvieron muy en línea con lo que esperábamos -ver comentario de mercado del viernes 26 de agosto-, no aportaron realmente nada específico al debate, aunque sí descartan, por ahora, el mencionado escenario “optimista”. Según señaló, las tasas oficiales seguirán subiendo hasta alcanzar el nivel en el que la Fed compruebe que están logrando bajar la inflación y se mantendrán ahí durante un tiempo, y ello a pesar del daño que puedan provocar en el crecimiento económico y en el mercado laboral. Además, el importe de las alzas de tipos, concretamente de la reunión de septiembre, dependerán de “los datos” que se vayan conociendo en las próximas semanas, aunque Powell no descarta una nueva subida inusualmente grande. Si ésta será de 50 o 75 puntos básicos, dependerá de “los datos”. 

Quizás el hecho de que Powell habló con claridad del sufrimiento que unas tasas de interés más altas podrían provocar en los ciudadanos y en las empresas, lo que confirma la determinación en su lucha contra los altos precios de una Fed que, a pesar de que todo parece indicar que la inflación podría haber tocado techo en EEUU en el mes de julio, no considera este hecho como el inicio de una tendencia, al menos por el momento. 

Entendemos, además, que la postura de la Fed es muy similar a la que mantienen muchos miembros del Consejo de Gobierno del BCE, que consideran la inflación en la Eurozona inaceptable y que abogan por una actuación determinante de la institución para lograr moderarla. De hecho, el viernes hubo rumores, propiciados por algunas filtraciones a distintos medios, de que parte del Consejo del BCE iba a defender una subida de 75 puntos básicos de los tipos de referencia en la reunión de septiembre.  

De este modo, la actitud de los bancos centrales, que priorizan el control de la inflación y de sus expectativas frente al crecimiento económico, tendrá que ser a partir de ahora el escenario base con el que “trabajen” los inversores. En ese sentido, reiteramos, como ya hicimos el lunes pasado, el escenario que nosotros contemplamos, escenario en el que la inflación tardará todavía unos meses en dar síntomas de comenzar a moderarse, pero lo hará, y en la que los bancos centrales seguirán subiendo sus tasas de interés de referencia de forma expeditiva, al menos hasta finales de año. Habrá importantes economías desarrolladas que entren en recesión, pero no esperamos que ésta sea demasiado profunda, lo que permitirá a muchas compañías cotizadas cumplir con sus actuales expectativas de resultados. En este escenario, de cumplirse, habrá momentos de tensión en las bolsas, que posiblemente sufrirán una nueva corrección, para posteriormente volver a recuperar terreno en los últimos meses del año. 

Esta semana, ya con la temporada de publicación de resultados prácticamente finalizada tanto en las principales plazas europeas como en Wall Street, los inversores dispondrán de nuevos e importantes datos macroeconómicos, datos que también serán escrutados en profundidad por los bancos centrales. Entre todos ellos destacaríamos la publicación en China el miércoles de los índices adelantados de actividad de los sectores de las manufacturas y de los servicios, los PMIs oficiales, que servirán para hacernos una idea de cómo está evolucionando la actividad privada en el país, actividad que está siendo muy penalizada por las restricciones para combatir el Covid-19 que se siguen implantando en muchas zonas del país. El jueves, por su parte, se darán a conocer en las principales economías mundiales los PMIs manufacturas del mes de agosto (lecturas finales), mientras que el viernes, y en EEUU, se publicarán los siempre relevantes datos de empleo no agrícola, correspondientes al mes de agosto. En este sentido, señalar que unas buenas cifras podrían ser mal acogidas por los mercados, ya que ello “permitiría” a la Fed subir sus tasas de interés a niveles más elevados y de forma más expeditiva. 

Para empezar, HOY esperamos que las bolsas europeas abran claramente a la baja, con los inversores “digiriendo” todavía lo dicho por Powell, en una sesión que estará condicionada por el hecho de que la bolsa londinense se mantendrá cerrada por la celebración de una festividad local en el Reino Unido, hecho éste que siempre limita mucho los volúmenes de contratación en las plazas continentales.