Argentina demuestra al resto del mundo que siempre se puede estar peor

Ana Racionero (Intermoney) | La sesión americana de ayer culminaba con la subasta a 30 años, una subasta que generaba especial expectación después de que la anterior de noviembre resultara una de las peores en muchos años, y que además se celebraba después de la publicación del IPC y antes de la reunión de la FED. Pues bien, el movimiento de “flattening” que estamos viendo estos días favorecía la buena acogida de ésta, lo que a su vez impulsaba a los UST y, por el contrario, perjudicaba al USD. La renta variable corregía la sobrerreacción de después del dato y retomaba su avance. Este avance de bonos y bolsa se veía favorecido por las declaraciones de Janet Yellen, Secretaria del Tesoro, diciendo no creer que la “última milla” para devolver la inflación al objetivo del 2% resulte especialmente difícil.

Hoy, el índice manufacturero japonés Tankan crecía por encima de lo esperado. Los futuros del S&P se situaban en la jornada asiática en máximos desde primeros de agosto, mientras que las bolsas de Hong Kong y la China continental retrocedían después de que una reunión de la cúpula directiva del país decepcionara a los inversores al no anunciar las grandes medidas de estímulo esperadas.

El siguiente empujón para los bonos volvía a venir de la mano del Reino Unido con la publicación de su PIB de octubre, que retrocedía un -0.3% mensual, empeorando las previsiones de todos los encuestados por Bloomberg, que de media estimaban un retroceso del -0.1%. En los tres meses hasta octubre se volvía a estancar, en lugar de crecer el 0.1% previsto, y, tanto la producción industrial y manufacturera, como el índice de servicios y la producción de construcción caían muy por encima de lo esperado. Estas cifras provocaban un “rally” de los GIlts que arrastraba consigo al resto de los bonos, y una depreciación de la libra, ya que apuntan a la dificultad que va a tener el Reino Unido para esquivar una contracción en este cuarto trimestre. La rentabilidad del 10 años Gilt cedía más de 10 pb y a lo largo del día, los mercados monetarios llegaban a descontar 100 pb de rebaja del tipo de interés de la esterlina en 2024, el máximo de este ciclo. Los “breakeven” siguen cediendo y la tasa de inflación implícita alemana ya se encuentra en mínimos de once meses, la italiana en mínimos de diez, y la británica, en mínimos de 9. La producción industrial de la Eurozona en octubre también defraudaba y se situaba a su nivel más bajo desde 2020 y, aunque en términos mensuales subía del anterior – 1.1% a un -0.7%, y en términos interanuales del -6.9% a un -6.6%, las previsiones eran de un ascenso a -0.3% y -4.6%, haciendo presagiar una recesión en el cuarto trimestre. El gobierno de coalición alemán conseguía ponerse de acuerdo sobre el presupuesto y se comprometía a no volver a suspender el techo de deuda el año próximo, aunque advertía de que la suspensión sería posible si fuera necesaria para ayudar a Ucrania.

Tanto la renta fija como la variable recibían un nuevo espaldarazo de la mano de los IPP estadounidenses, mejores de lo previsto, y quedaban a la espera de la gráfica de puntos y del discurso de Powell tras la que probablemente sea una de las reuniones más importantes del año, ya que pone a prueba si el reciente reajuste de las previsiones de tipos es acertado. Se espera que Powell, en su rueda de prensa, adopte un tono “hawkish” y arremeta contra las expectativas del mercado de más de 100 pb de rebaja en 2024, lo que, ciertamente, con una inflación subyacente al 4% no parece razonable. Del mismo modo, se estima que los “dot plots” reflejen unas previsiones que den pie a una corrección por parte del mercado. En las horas previas a la reunión, el S&P había alcanzado máximos desde enero de 2022, el dos años UST había retrocedido hasta el 4.67%, y el diez años, al 4.15%. No olvidemos que el 19 de octubre, no hace ni dos meses, el 10 años UST rozaba el 5%, y el dos años se quedaba a las puertas del 5.25%.

A la Reserva Federal le seguirán mañana el BCE, el BOE, el SNB y el Norges Bank en 48 intensas horas que concentrarán las decisiones de tipos de cinco de los principales bancos centrales, para ninguno de los cuales se espera que afirmen que ya se pueda cantar victoria frente la inflación.

El WTI cedía durante la sesión asiática hasta el entorno de los 68 USD por barril, aunque al cierre europeo había recuperado la figura de 69, y las promesas de nuevos recortes no consiguen paliar el descenso frente a los indicios de una más que amplia oferta.

Mientras tanto, en Argentina, Milei devaluaba el peso un 54% y anunciaba su intención de proseguir con devaluaciones mensuales de la divisa del 2%, demostrando al resto del mundo que siempre se puede estar peor.