Ross Cartwright (MFS Investment Management) | Los múltiplos precio-beneficio (PE) se han revalorizado tras el susto del crecimiento de finales de julio y creemos que es improbable que la compensación entre el crecimiento del PIB y la inflación mejore sustancialmente. Los informes de resultados del segundo trimestre pusieron de relieve cómo se expanden los beneficios y los márgenes. Como consecuencia, cabe esperar que ya no se dependa tanto de algunas empresas tecnológicas del segmento de megacapitalización para impulsar el crecimiento de los beneficios. Aunque el sector tecnológico sigue contando con los márgenes más elevados, se perfila como uno de los pocos que ha sufrido un descenso de estos en los dos últimos trimestres, mientras que en el resto del S&P 500 han mejorado.
El PER a plazo del índice S&P 500 es de 23,6 veces, a 1 de septiembre de 2024, una cifra muy por encima de su media de los últimos 35 años, de 17,7 veces.1 Desde nuestro punto de vista, el mercado está descontando un aterrizaje suave. Esta opinión se ve respaldada por la previsión general de un crecimiento del BPA del 15% el próximo año, más del doble de la media a largo plazo del 7%.2
Ante la posibilidad de que el crecimiento del PIB estadounidense se ralentice el año que viene, creemos que las expectativas de beneficios deben moderarse y que no hay mucho recorrido al alza, teniendo en cuenta tanto las valoraciones como las elevadas expectativas de beneficios.
La caída de los tipos puede ayudar, pero quizá no tanto como se espera… o se desea. No cabe duda de que algunos sectores, como ya hemos señalado, salen beneficiados, pero en gran medida dependerá de cada empresa y de su perfil de deuda, saldo de tesorería y repercusión de los tipos en sus clientes finales.
Tomemos el ejemplo de Walmart. El trimestre pasado obtuvo unos buenos resultados y las acciones se han comportado muy bien. Todo ello se interpretó, en general, como una señal de que el consumo goza de buena salud, a pesar de los focos de debilidad evidentes en la población más joven y las rentas más bajas. Sin embargo, podría verse de otra manera:
Walmart vende principalmente artículos de primera necesidad, bienes que consumimos habitualmente, y este gasto no suele mostrar una gran volatilidad, incluso cuando la economía se debilita. Así pues, ¿es posible que el gasto de los consumidores en Walmart sea un signo de debilidad, no de fortaleza, ya que parte de la reciente fortaleza de sus ventas se debe a que los compradores más acomodados han pasado de comercios minoristas más caros a otros más baratos?
Lo habitual es que los mercados de renta variable crezcan en consonancia con sus beneficios.
Los mercados de renta fija ya han caído por las expectativas de recortes de tipos y no hemos observado ninguna recuperación en el sector de la vivienda ni en las solicitudes de hipotecas, lo que respalda nuestra opinión de que no estamos en un entorno de propensión al riesgo.
Sin embargo, la mejora del mercado laboral cambiaría estas perspectivas. A corto plazo, seguimos prefiriendo las acciones de gran capitalización, mayor calidad y defensivos