El pacto sobre el techo de gasto añade un viento en contra a una economía USA ya de por sí en riesgo de recesión

Ana Racionero (Intermoney) | La lectura de IPC español por debajo de lo esperado y el alcance de un acuerdo sobre el techo de deuda hacía que abriésemos con los bonos al alza y una notable bajada de las rentabilidades de éstos ante las menores expectativas de subidas de tipos. En el caso de los UST, el pacto alcanzado entre demócratas y republicanos añade un viento en contra a una economía americana ya de por sí en riesgo de recesión, dado que exige recortes del gasto, lo que podría hacerle parte de su trabajo a la FED.

A este movimiento contribuían también las malas cifras de PMI de China, que provocaban caídas de las bolsas asiáticas y del yuan, y cuya recuperación continúa en entredicho y es motivo de preocupación. Decepcionantes resultaban asimismo los datos de ventas minoristas y de producción industrial japoneses.

Hoy continuábamos en Europa con el desgrane de lecturas de IPC. Al igual que ayer España, Francia sorprendía gratamente con un descenso que, además alcanzar su nivel más bajo en un año, mejoraba las expectativas. La armonizada descendía en mayo al -0.1% desde el 0.7% anterior y frente al 0.3% esperado. La misma categoría, en términos interanuales, retrocedía del 6.9% al 6%, mejorando el 6.4% previsto. Los precios de producción galos también caían en abril un 5.1% respecto de marzo. Del mismo modo, Alemania caía del 0.4% de abril a un -0.2%, vs. 0.2% de las encuestas, y, en términos interanuales, del 7.6% bajaba al 6.3% vs 6.7%. Además de lo anterior, los precios de importación se precipitaban en abril un 1.7% intermensual y un 7% interanual, superando también las expectativas. Por el contrario, el IPC italiano, si bien descendía, lo hacía menos de lo previsto. En categoría armonizada intermensual retrocedía del 1% anterior al 0.3% vs -0.2%, y en categoría interanual, del 8.7% previo pasaba a un 8.1% que seguía siendo superior al 7.5% de las encuestas. En cuanto a cifras de crecimiento económico, el PIB francés final del primer trimestre era revisado al alza en una décima hasta el 0.9% interanual, y el italiano se revisaba también una décima al alza tanto en categoría intertrimestral, hasta el 0.6%, como interanual, hasta el 1.9%. Las buenas cifras de inflación provocaban compras de bonos, y los mercados monetarios recalculaban sus previsiones de movimientos de tipos por parte del BCE para dejar de descontar 50 pb de subidas adicionales este año. Seguramente por este motivo, Muller salía al paso diciendo que es muy probable que el BCE suba los tipos 25 pb más de una vez, y que probablemente sea muy optimista ver un recorte de tipos a principios de 2024. El BCE decía que las perspectivas de estabilidad financiera de la zona euro seguirían siendo frágiles. En ese sentido, De Guindos declaraba que los bancos debían ser prudentes con los pagos a los accionistas, que el capital sería clave y la liquidez, cada vez más relevante.

La confianza empresarial británica caía por primera vez en tres meses debido a las cifras de inflación por encima de lo esperado.

Tanto las malas perspectivas económicas chinas, como la rebaja de las expectativas de tipos en Europa impulsaban al USD. Las bolsas europeas y americanas replicaban las caídas de las asiáticas, siendo los sectores energético, químico, minero y el del lujo los más castigados. El crudo también se resentía y el WTI caía hasta el entorno de los 69 USD por barril.

En E.E. U.U., los PMI de Chicago caían en mayo del anterior 48.6 al 40.4, en lugar del 47.3 estimado. Por el contrario, los empleos disponibles JOLTS ascendía a 10103k en abril, en lugar de descender a 9400k como estaba previsto. La actividad de servicios de la FED de Dallas retrocedía del -14.4 al -17.3. El aumento imprevisto de las ofertas de empleo aumentaba las apuestas de una subida adicional por parte de la FED en julio, lastrando a las bolsas y haciendo caer al S&P 500 por debajo del nivel clave de 4200, borrando de ese modo casi todas sus ganancias de este mes. La caída incluía a las tecnológicas, y Nvidia en particular perdía alrededor de un 2% después de casi haber triplicado su valor este año.