La deuda griega recupera el grado de inversión de la mano de la agencia de calificación crediticia DBRS Morningstar

Ana Racionero (Intermoney) | Arrancábamos la semana con un giro en el sentimiento económico. Y es que China publicaba unas cifras de nuevos créditos en agosto que, además de casi cuatriplicar las de julio, superaban con creces las expectativas, dando un espaldarazo a las bolsas y a las materias primas, que festejaban el hecho de que las últimas medidas de estímulo para reforzar el mercado inmobiliario podrían estar, efectivamente, dando sus frutos y aumentando la demanda de hipotecas por parte de los hogares. El USD, tras los máximos alcanzados la semana pasada, registraba su mayor caída en dos semanas ante el mayor apetito por el riesgo. Por añadidura, el gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, declaraba que poner fin a la política de tipos negativos sería una opción, caso de seguir subiendo los salarios, lo que fortalecía al yen un 1%, llegando a rebajar el USDJPY hasta el nivel de 146.50, y elevaba la rentabilidad del bono a 10 años nipón al 0.70% por primera vez desde 2014. El yuan también se revalorizaba frente al USD cuando se filtraba una noticia en virtud de la cual el BPC estaría planeando aumentar el escrutinio de las compras masivas de USD por parte de las empresas, de manera que las compañías chinas que planeen comprar 50 millones de USD o más necesiten un permiso del banco central, amén de fijar, un día más, un “fixing” más fuerte de lo esperado. A la mejora del sentimiento también contribuían las palabras de Janet Yellen, secretaria del Tesoro estadounidense, quien declaraba este domingo en una entrevista a Bloomberg que tendría un buen sentimiento respecto a que E.E. U.U. sea capaz de alcanzar un aterrizaje suave, ya que todas las medidas de inflación estarían a la baja.

Los bonos europeos replicaban el movimiento a la baja de los asiáticos, de manera que abríamos con un aumento de las rentabilidades. En Europa no se publicaban datos de interés más allá de las previsiones económicas respecto de las principales economías de la zona euro y del conjunto de la Eurozona, fruto de una encuesta realizada por Bloomberg, que pronostica que la zona euro se estanque en el tercer trimestre, en lugar de crecer un 0.1%, tal y como preveía la anterior. Las previsiones de inflación para el mismo periodo pasan del 4.7% al 5%. La misma encuesta prevé que Alemania se contraiga un 0.1%, empeorando la anterior previsión, que era de estancamiento. Para Francia vaticina un estancamiento, desde la anterior previsión de un crecimiento del 0.1%. Por el contrario, las expectativas para Italia mejoran del estancamiento a un crecimiento del 0.1%. La producción industrial del país transalpino, que también se daba hoy a conocer, retrocedía un 0.7% en julio respecto del mes anterior y un 2.1% interanual, empeorando las previsiones. La Comisión Europea también recortaba sus perspectivas de crecimiento para la economía de la zona euro del 1.1% al 0.8% en 2023, fundamentalmente debido al agravamiento de los problemas económicos de Alemania. Para el año próximo, las perspectivas de crecimiento se reducían asimismo hasta el 1.3%. Las de inflación se aminoraban al 5.6% para este año, pero, a cambio, se incrementaban ligeramente hasta el 2.9% para 2024. La buena noticia es que la deuda helena recuperaba el grado de inversión de la mano de la agencia de calificación crediticia DBRS Morningstar después de más de una década. Portugal también recibía una mejora de su perspectiva por parte de S&P de estable a positiva, pasando su deuda pública a BBB+. El sector bancario italiano se veía favorecido al conocerse que su gobierno estaría estudiando un ajuste del impuesto a los beneficios “caídos del cielo”.

En cuanto al Reino Unido, Jeremy Hunt, en su declaración de otoño, decía ver poco margen para recortar impuestos.