La OCDE rebaja al 0,6 la previsión de crecimiento para la eurozona

Ana Racionero (Intermoney) | Después del desplome de los bonos del pasado viernes con motivo de unas nóminas no agrícolas que casi doblaban las previsiones y que superaban todas las estimaciones de los encuestados por Bloomberg, dando así al traste con el sueño de una primera bajada de tipos en marzo, las declaraciones de Jerome Powell de ayer a la CBS daban otra vuelta de tuerca y provocaban un nuevo “sell off” de bonos que hacía que abriéramos con otro “tirón” de los rendimientos, lo que elevaba al USD hasta casi alcanzar los niveles anteriores al llamado “pivot” de la FED, cuando el mercado comenzó a descontar agresivas bajadas de tipos tras el cambio de tono del banco central en su reunión de diciembre del año pasado. Lo que vino a decir Powell no fue sino una reiteración del mensaje dicho ya una y mil veces de que la Reserva Federal adoptará una política de “esperar y ver” y basará sus decisiones en las cifras; nada distinto, en definitiva, de lo que dijo en la rueda de prensa de su última reunión de política monetaria el pasado 31 de enero. Los mercados monetarios retrasaban sus apuestas sobre la primera rebaja de los tipos hasta junio.

Ya el viernes, sus colegas Bowman y Golsbee habían comentado que sería demasiado pronto para pensar en bajar tipos, el primero, y que desearía ver antes más progresos en la inflación, el segundo. Vujcic, del BCE, también declaraba ayer que los miembros de éste deberán tener paciencia antes de bajar tipos. La OCDE corroboraba hoy esa visión cuando advertía a los bancos centrales de que sería demasiado pronto para cantar victoria frente a la inflación y los llamaba a ser prudentes al recortar las perspectivas de inflación. La organización elevaba sus expectativas de crecimiento mundial para 2024 del 2.7% de sus previsiones de noviembre al 2.9%, aunque también avisaba de los posibles riesgos para los precios derivados del conflicto de Oriente Medio y de las interrupciones del transporte marítimo en el Mar Rojo. Para la zona euro rebajaba sus previsiones de crecimiento para este año a un magro 0.6%.

La semana abría con los PMI de servicios y compuesto de enero nipones, cuya lectura final se corregía cuatro décimas al alza hasta el 53.1 y el 51.5. China corría peor suerte, y su PMI de servicios retrocedía dos décimas hasta el 52.7 vs 53. El compuesto lo hacía una décima hasta el 52.5. El fortalecimiento del USD por quinta semana consecutiva elevaba al USDJPY hasta pasar de 148.40. La implacable caída de la renta variable china se veía agravada por la indefinición de la enésima promesa de estabilización de su gobierno, con un desplome del CSI 1000 de hasta un 8.7% y del Shanghai Composite hasta mínimos de cinco años.

Aquí en Europa los más madrugadores eran los alemanes, con la publicación de su balanza comercial que, en diciembre, se ampliaba muy por encima de lo esperado debido al mayor desplome de sus importaciones que el de sus exportaciones, aunque ambos descensos, con un -6.7% el primero y un -4.6% el segundo, superaban con mucho las previsiones e indican grandes retrocesos tanto de la demanda interna como de la externa. Los PMI españoles decepcionaban, con un ascenso del de servicios del 51.5 al 52.1 vs 52.3, y del compuesto, del 50.4 al 51.5 vs 52, al revés que Italia, que con su 50.7 en el de servicios salía de niveles de contracción, batiendo el 50.2 de las encuestas, al igual que con su 51.2 vs 50.8 en el compuesto. Francia corregía cuatro décimas al alza su lectura provisional hasta un 45.4 en el de servicios y un 44.6 en el compuesto, manteniéndose muy lejos aún de niveles de expansión. La lectura final de Alemania corregía una décima al alza el de servicios hasta el 47.7 y repetía el 48.4 en el compuesto. Por último, la del conjunto de la zona euro ratificaba el 48.4 provisional en el de servicios y el 47.9 en el compuesto. La confianza del inversor Sentix de esta última mejoraba más de lo esperado del anterior -15.8 a un -12.9 vs -15. Los precios de producción retrocedían en diciembre un – 0.8% mensual y un -10.6% anual, prácticamente en línea con las estimaciones. En el Reino Unido, los PMI mejoraban las previsiones con una subida al 54.3 vs 53.8 el de servicios y al 52.9 vs 52.5 el compuesto. El Tesoro español anunciaba la sindicación de un nueva referencia a 30 años, el SPGB 10/2054, y cuyos “lead managers” serán BBVA, Citi, JP Morgan, Morgan Stanley, Santander y Société Générale.

La lectura final de los PMI estadounidenses era corregida a la baja del 52.9 al 52.5 el de servicios y del 52.3 al 52 el compuesto. Por el contrario, el ISM de servicios escalaba al 53.4 desde el anterior 50.6 vs 52 hasta máximos de cuatro meses; el de precios pagados saltaba del 57.4 hasta un 64 vs 56.7, el de empleo subía del 43.3 al 50.5 vs 49.4 y el de nuevas órdenes ascendía del 52.8 al 55 vs 54.8. Esta batida de todas las previsiones generaba nuevas ventas de bonos y aumentos de las rentabilidades, de las que se resentía la renta variable después del nuevo récord alcanzado por el S&P el pasado viernes, al cuestionar que hayamos acabado con la inflación, especialmente debido al gran incremento del apartado de precios pagados.

El precio del petróleo continúa bajando, y el WTI llegaba a caer hoy al 71.41 para rebotar y pasar de los 72 USD por barril al cierre europeo.