Pesadilla en Wall Street

Ana Racionero (Intermoney) | En la sesión americana de ayer, el fantasma de la crisis bancaria resucitaba cuando el First Republic caía un 45% en bolsa después de haber presentado unos resultados que reflejaban una caída de sus depósitos mayor de lo esperado, y se difundía que estaría estudiando desprenderse de 100000 millones, entre hipotecas y activos a largo plazo, como parte de un plan de rescate más amplio, arrastrando consigo al sector bancario. El Deutsche Bank, otro de los bancos que han estado recientemente en el ojo del huracán, caía más de un 9%, y los bonos subían a máximos, especialmente el corto plazo, dando lugar a un empinamiento de las curvas. El único contrapunto en una jornada por lo demás sombría eran las ventas de nuevas viviendas de marzo, que superaban las expectativas, indicando que la grave contracción del mercado inmobiliario estadounidense del último año podría estar tocando a su fin.

A fin de intentar paliar la retirada de depósitos de los bancos que está detrás de la crisis bancaria en E.E. U.U., la FED estaría estudiando actualizar los criterios para el uso de su herramienta de repo inverso, a fin de terminar con la laguna legal que ha hecho que proliferen los fondos diseñados únicamente a tal efecto, que ya han aparcado ahí más de 2 billones de dólares desde el pasado mes de junio, y que, al ofrecer unas condiciones más favorables que las de los bancos, provocan la salida de fondos de estos últimos.

En Europa, abríamos un día más con los bonos al alza y las rentabilidades y las bolsas a la baja, salvo los futuros del Nasdaq, que se veían favorecidos por unos resultados mejores de lo esperado por parte de Microsoft y Alphabet y por unas previsiones de tipos más bajos. Con el primer café, Vujcic advertía de que el BCE no tendría más opción que subir tipos. La confianza del consumidor francesa subía en abril al 83, en lugar de descender al 81 como estaba previsto. La alemana subía al -25.7, mejorando el -28 de las encuestas. En España, las aprobaciones de hipotecas caían un 2%. De Guindos declaraba que la inflación general continuará desacelerando, pero que la subyacente es más persistente; que habrá que prestar atención a las condiciones de financiación; que la política fiscal ha de ser más selectiva que en la pandemia, y que los márgenes de beneficio no serán capaces de mantener el crecimiento en 2023. Herodotou hablaba de que el crecimiento de los salarios es un reto que habrá que vigilar, junto con la fragmentación del comercio, y también advertía, al igual que su colega, de que las turbulencias bancarias podrían endurecer las condiciones de financiación. El gobierno alemán modificaba sus previsiones de crecimiento para 2023 al 0.4% desde el 0.2% anterior, y preveía un 1.6% para 2024. En cuanto a la inflación, estimaba una bajada este año hasta el 5.9%, y hasta el 2.7% el año próximo. El ministro de economía, Robert Habeck, decía que la economía alemana se estaría mostrando adaptativa y resiliente, y que el país estaría de camino hacia una recuperación gradual a pesar del difícil entorno.

El Riksbank cumplía con las expectativas y subía 50 pb el tipo de interés de la corona sueca hasta situarla al 3.50%, y allanaba el terreno a otra subida de 25 pb en junio o septiembre.

E.E. U.U. publicaba inventarios. Los mayoristas se mantenían en marzo al 0.1% como estaba previsto. Los minoristas caían al 0.7% en lugar de al 0.2% estimado. Las órdenes de bienes duraderos sorprendían al alza con un incremento del 3.2% vs 0.7% de las encuestas, y sin transporte subían al 0.3% vs -0.1%.

Por la tarde, el mercado se daba la vuelta, a medida que los buenos resultados de las tecnológicas iban restando protagonismo a los problemas del sector bancario, y los futuros del Dow Jones y el S&P pasaban al verde. Xi Jinping y Zelenski mantenían su primera conversación desde el comienzo