DWS | Durante el fin de semana, la presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegaron a un acuerdo que debería zanjar el conflicto arancelario, al menos por el momento. No se trata de un acuerdo arancelario, sino de un acuerdo preliminar que deja muchos detalles (y margen para la interpretación) abiertos. Sin embargo, el acuerdo reduce significativamente la incertidumbre para los exportadores europeos y los importadores estadounidenses.
Los puntos clave son:
- Se impondrán aranceles del 15% a casi todas las importaciones procedentes de la UE. Este tipo arancelario es global y no acumulativo, es decir, no se añadirá a los ya existentes, sino que sustituirá a (casi) todos los demás. Esto incluye sobre todo a los semiconductores y los automóviles. Estos últimos estaban sujetos anteriormente a aranceles del 27,5%.
- Las importaciones de acero y aluminio seguirán sujetas a un arancel del 50%. Sin embargo, habrá cuotas de exención y posiblemente nuevas mejoras en una fecha posterior.
- Algunos productos quedarán totalmente exentos de aranceles, como los componentes de aviones, determinados productos químicos y agrícolas y materias primas esenciales.
- Los productos farmacéuticos también estarán sujetos al arancel del 15%, al menos temporalmente.
- Además, la Unión Europea promete comprar a EE.UU. energía por valor de 750.000 millones de dólares en los próximos años, invertir 600.000 millones de dólares en EE.UU. y aumentar sus encargos de material de defensa a EE.UU. Sin embargo, aún no se han confirmado los detalles.
- La UE se abstendrá de tomar medidas de represalia.
Implicaciones políticas y para los mercados
Aunque la mayoría de los detalles siguen sin estar claros, puede afirmarse que, por ahora, el acuerdo es positivo para Europa, ya que elimina muchas incertidumbres. Es probable que las compras previstas de productos energéticos y de defensa sean declaraciones de intenciones y no pedidos reales. Después de todo, los estados miembros de la UE son soberanos, y la UE no puede asumir compromisos de compra en nombre de compradores de energía del sector privado.
Sin embargo, esto solo puede considerarse una mejora respecto a las peores expectativas que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había planteado continuamente en la fase previa al acuerdo. Antes de que comenzara la guerra comercial, los aranceles medios eran inferiores al 2%, por lo que, en este sentido, los aranceles se han multiplicado. La tasa del 15% acordada actualmente también es más alta que nuestra hipótesis anterior de una tasa arancelaria media de alrededor del 12% sobre las importaciones procedentes de la UE y es probable que frene un poco el crecimiento del PIB en la eurozona. Esto se aplica en particular a Alemania, debido a su gran dependencia de las exportaciones. Sin embargo, los efectos adicionales deberían ser del orden de una décima de punto porcentual.
Junto con el acuerdo comercial con Japón, también es probable que los aranceles en EE. UU. sean ligeramente más altos de lo que esperábamos anteriormente. Pasará algún tiempo antes de que estos aranceles tan elevados se reflejen en los precios al consumo en EEUU. Los análisis del primer conflicto comercial de 2018 a 2019 muestran que, en última instancia, los consumidores pagaron la mayor parte de los aranceles más elevados. Esperamos que la tasa de inflación en los EEUU aumente en los próximos meses y, por lo tanto, el enfoque de la Reserva Federal de EEUU (Fed) debería centrarse aún más en la inflación. En este contexto, esperamos que la Fed mantenga los tipos de interés sin cambios este miércoles. El Banco Central Europeo (BCE) puso el listón muy alto para nuevos recortes de los tipos de interés en su última conferencia de prensa. El acuerdo elimina un riesgo importante para la economía y la inflación, lo que hace muy improbable un recorte de los tipos de interés en septiembre.
Bajo nuestro punto de vista, el acuerdo debería tener el mayor impacto en las bolsas europeas a corto plazo. Dado que este acuerdo comercial evita ahora una nueva intensificación de la guerra comercial, la evolución es positiva en términos generales. Sin embargo, el acuerdo actual que supone el 15% para la mayoría de los exportadores europeos, representa un deterioro en comparación con la situación anterior.
A nivel sectorial, la aviación civil parece ser por ahora la clara vencedora, ya que se han suprimido completamente los aranceles en este ámbito. Los fabricantes europeos de automóviles pueden esperar ahora unos aranceles a la exportación del 15%, cifra inferior al 27,5% que se temía en un principio. Por último, debido a la falta de precisión, persiste un cierto grado de incertidumbre en algunos sectores, como el farmacéutico y el químico.