Francia se ha vuelto ingobernable: la situación permanecerá congelada hasta las próximas elecciones

Mabrouk Chetouane (Natixis IM)

Mabrouk Chetouane (Natixis IM) | El Gobierno de Sébastien Lecornu duró menos de 24 horas. Tan pronto como anunció los nombres de quienes integrarían el futuro gobierno (el tercero en 12 meses), surgieron críticas por todas partes, lo que provocó la dimisión del primer ministro. Francia se ha vuelto así ingobernable, al igual que Italia hace unos años, cuando los constantes cambios de gobierno se convirtieron en algo habitual. Por lo tanto, parece que la inestabilidad política forma ahora parte del panorama político, al menos hasta 2027, fecha de las próximas elecciones presidenciales. Y es quizás esta distancia hasta las próximas elecciones importantes lo que está salvando a Francia de un posible estrés idiosincrásico. Ni los inversores ni los mercados se sorprenden por el estancamiento político y probablemente hayan aceptado que la situación permanecerá congelada hasta las próximas elecciones presidenciales. En otras palabras, hay una sensación de déjà vu y, por lo tanto, no habría motivos adicionales para ceder al pánico.

La reacción de los mercados de capitales ante este anuncio sorpresa ha sido moderada, y el diferencial entre los rendimientos de los OAT y los Bund solo se ha ampliado ligeramente a la luz del estancamiento político en el Gobierno francés. La reacción del CAC 40 no requiere más comentarios… los inversores siguen pasivamente los giros y vueltas de la política francesa, tratando de separar el ruido de la señal. Las emisiones del Tesoro francés no se han visto afectadas por esta falta de visibilidad, y seguimos creyendo que este nivel de tipos de interés representa un punto de entrada. Sin embargo, observamos una ligera apreciación del dólar, reminiscencia de su condición de refugio seguro, así como los calendarios de las agencias de calificación, que podrían añadir ruido de vez en cuando. Moody’s anunciará su decisión el 24 de octubre y Standard & Poor’s el 28 de noviembre.

La falta de solución podría llevar a Emmanuel Macron a favorecer la vía de un gobierno técnico encargado de llevar a cabo las tareas cotidianas, lo que podría conducir a una estabilización de los ratios presupuestarios y, paradójicamente, proporcionar una forma de visibilidad para las empresas y los hogares. La vía más peligrosa de la disolución probablemente añadiría una capa de incertidumbre, penalizando a una economía con perspectivas económicas ya frágiles. Aunque se podrían utilizar instrumentos de política monetaria para hacer frente a cualquier forma de tensión, sería prudente demostrar responsabilidad política