La transformación estructural que vive Japón pasado casi inadvertida fuera de Asia: reflación y el crecimiento del PIB nominal

Nicolas_Wylenzek

Nicolas Wylenzek (Wellington Management) | En un momento en que los cambios de régimen en Europa y Estados Unidos acaparan gran parte de la atención del panorama económico mundial, la transformación estructural que está viviendo Japón ha pasado casi inadvertida fuera de Asia.  

No obstante, se trata de una evolución que merece especial consideración. Tras décadas de deflación y bajo crecimiento, Japón está experimentando una aceleración del crecimiento nominal. La inflación se ha generalizado, los salarios aumentan y tanto empresas como hogares abandonan gradualmente la mentalidad deflacionaria. El estímulo fiscal, la política monetaria expansiva y las tendencias demográficas impulsan este nuevo escenario, que apunta a un periodo de crecimiento nominal más sostenible.  

Para los inversores en renta variable, este cambio es especialmente relevante y prometedor. En este artículo se analiza cómo pueden posicionarse ante el mercado japonés y cuáles son las principales implicaciones para la inversión.

Qué hay detrás de la reflación japonesa

El crecimiento del PIB nominal se ha acelerado desde 2022, tras décadas de estancamiento. Este repunte responde a la confluencia poco habitual de cuatro factores:

  • Inflación: Tras años de baja inflación y presiones deflacionarias, los precios han comenzado a repuntar. Tres dinámicas explican este cambio: La demanda se ha recuperado tras la caída del consumo provocado por la pandemia. El encarecimiento de las materias primas y la energía se ha trasladado a los costes internos. Y, lo más importante, las empresas han empezado a traspasar los costes al consumidor, lo que evidencia un cambio estructural en su política de precios.
  • Depreciación del yen: Entre 2022 y 2023, la moneda japonesa se depreció por la ampliación de los diferenciales de tipos de interés con EE. UU. y Europa. Este debilitamiento del yen impulsó el PIB nominal al incrementar el valor de las exportaciones y los ingresos externos, reforzando así el traspaso de los precios globales a la economía nacional.
  • Política económica: El apoyo fiscal —por ejemplo, a través de subsidios energéticos— ha ayudado a mantener el poder adquisitivo de los hogares a pesar de la pérdida de ingresos reales. Por su parte, el Banco de Japón ha mantenido controlada la curva de tipos e instaurado políticas de tipos negativos, lo que ha facilitado el crédito y reducido los costes de financiación. Prevemos que el estímulo fiscal continuará en los próximos años.
  • Rentabilidad empresarial: Respaldadas por beneficios récord, las compañías japonesas han emprendido los mayores incrementos salariales básicos en tres décadas, lo que contribuye directamente al crecimiento del PIB nominal mediante la renta y el consumo de los hogares.

Este entorno configura un marco favorable para los beneficios empresariales y la sostenibilidad de la deuda a largo plazo en Japón.

Relevancia para los inversores en renta variable

La reflación, que podría sustentar un posible ciclo de revalorizaciones prolongado, ha elevado el PIB nominal. Este contexto es importante tanto para la renta fija como para los inversores en renta variable, por dos motivos principales:

El crecimiento nominal incrementa la rentabilidad de la renta variable

Las empresas japonesas se benefician directamente del mayor crecimiento del PIB nominal, pues están mejor posicionadas para transformarlo en resultados y márgenes superiores, reforzando así el atractivo de la renta variable japonesa para los inversores.  

Por el contrario, los periodos de deflación o baja inflación suelen presionar a la baja las valoraciones empresariales. En una fase de reflación como la actual, los beneficios tienden a volverse más predecibles, lo que mejora las perspectivas de valoración y podría dar lugar a recalificaciones estructurales de la renta variable japonesa.  

El crecimiento nominal favorece el reajuste de las carteras de los hogares. Tradicionalmente, los hogares japoneses han mantenido alrededor de la mitad de sus activos en efectivo y depósitos, y solo cerca del 13% en acciones. El fortalecimiento del crecimiento y una inflación moderada como la actual erosionan el valor real del efectivo, haciendo que los depósitos pierdan atractivo en favor de la renta variable.  

Si a ello se añaden políticas de apoyo como la ampliación del programa de cuentas de inversión exentas de impuestos respaldadas por el Gobierno, podrían darse las condiciones para que el capital actualmente inactivo empiece a fluir hacia el mercado bursátil.

La reforma de la gobernanza corporativa mejora la calidad

Las reformas de la gobernanza corporativa emprendidas por el primer ministro Shinzo Abe abordan las ineficiencias que existen desde hace tiempo en la asignación de capital, la gestión empresarial y la rentabilidad para el accionista, factores todos ellos positivos para la renta variable japonesa.  

Tradicionalmente, las empresas japonesas han acumulado efectivo y mantenido participaciones cruzadas, lo que ha lastrado su rentabilidad. Las políticas reformistas fomentan ahora la recompra de acciones, el pago de dividendos y las decisiones de inversión más disciplinadas.  

Asimismo, la mayor independencia de los consejos de administración y unas normas de publicidad más estrictas han reducido la toma de decisiones aislada, reforzando la rendición de cuentas y la transparencia. Como resultado, las empresas están dando mayor prioridad al valor para el accionista, lo que alinea a los consejos de administración con los intereses de los inversores y, en consecuencia, beneficia a los mercados de renta variable.  

Estas reformas se enmarcan en una iniciativa más amplia liderada por el Gobierno para revitalizar la economía japonesa y hacer que su mercado bursátil resulte más atractivo para los inversores internacionales, un esfuerzo que parece estar dando frutos. La inversión extranjera —que registró salidas netas entre 2016 y 2023— ha repuntado, lo que podría impulsar una revalorización estructural de la renta variable japonesa.

Cómo pueden posicionarse los inversores

La combinación de apoyo fiscal y política monetaria flexible crea un entorno favorable para los valores cíclicos domésticos. Entre los sectores con mejores perspectivas destacan la banca, que presenta una sólida dinámica de beneficios y podría beneficiarse de nuevas subidas de los tipos de interés; y los servicios, que podrían verse favorecidos por el cambio de comportamiento de los consumidores, menos inclinados al ahorro.  

Más allá de los valores cíclicos, las empresas más comprometidas con mejorar la transparencia y la gobernanza, así como con optimizar su estructura de capital reduciendo el exceso de liquidez, podrían generar un alfa significativo para los inversores en renta variable. Los gestores activos con una sólida capacidad de análisis y presencia local están mejor posicionados que sus homólogos pasivos para identificar aquellas compañías que:

  • mantengan un compromiso firme con estas mejoras y
  • dispongan de la flexibilidad financiera necesaria para emprender o continuar programas de recompra de acciones o aumentos de dividendos que generen valor para el accionista.

En definitiva, la reflación en Japón y el crecimiento del PIB nominal que la acompaña son un signo alentador para los mercados bursátiles del país. Los inversores harían bien en tomar nota de ello.