La actividad en Europa levanta cabeza

Economía de la Eurozona

Intermoney | En la Eurozona, se publicaban los datos de PMI finales para el sector servicios y la buena noticia era la corrección al alza que se hacía del dato, algo que no suele ser muy habitual, pero que refuerza la idea de unos servicios más sólidos. El índice se situaba en los 53,6 pts aumentando por sexto mes consecutivo en noviembre y alcanzó su nivel más alto desde mayo de 2023 gracias a que los nuevos pedidos de las empresas de la zona euro crecieron a un ritmo mayor, frente a la minoración de los nuevos pedidos de exportación. Como la demanda del sector servicios aumentó, los datos sectoriales mostraron que el volumen de pedidos por completar se redujo.

Los servicios siguen siendo bastante resistentes y la tendencia al alza en las cifras de empleo del sector servicios se mantuvo en noviembre, prolongando la secuencia actual de crecimiento, aunque la tasa de creación de empleo se atenuó desde la máxima de dieciséis meses registrada en octubre. Mientras tanto, la confianza empresarial mejoró ligeramente, y el porcentaje de optimistas siguió al alza, si bien las expectativas de crecimiento se situaron por debajo de su promedio a largo plazo y esto es un recordatorio de los riesgos de cara al futuro. En cuanto a los precios, los datos de la encuesta de noviembre indicaron un ligero repunte de las presiones de los costes.

Mientras los precios de los servicios en la zona euro se siguen mostrando relativamente resistentes, los de los bienes industriales no energéticos experimentan un proceso de atonía como bien se puede ver en el estancamiento en los precios de producción que en octubre mostraban su cuarto estancamiento consecutivo excluyendo la energía. Sin embargo, en el medio plazo podíamos ver un incremento en los IPRI si tenemos en cuenta las intenciones de las autoridades europeas de impulsar el sector manufacturero.

La idea de Bruselas pasa por establecer un objetivo de impulsar a las empresas europeas de comprar hasta el 70% de ciertos productos como los vehículos, en un esfuerzo por reducir la dependencia de algunos países como China. Esta política podría, en base a funcionarios de Bruselas, tener un coste para las empresas de la UE de 10 mm. € anuales al obligarlas a comprar componentes europeos más caros. El proyecto de ley se presentará el 10 de diciembre. Países anteriormente escépticos, como Alemania, han indicado que, debido a la situación económica, ahora verían con buenos ojos una mayor normativa de compra europea, que probablemente afectará al sector auto local, tan perjudicado.