Ana Racionero (Intermoney) | Continuamos asistiendo a un aumento de las rentabilidades hasta máximos de los últimos seis meses, al que ayer contribuía el aumento del IPC alemán por encima de lo esperado, fundamentalmente como consecuencia de los efectos de base de los precios del transporte. Tampoco ayudaba el escaso éxito de la subasta de UST a siete años, que, al igual que la de dos años del día anterior, se resolvía con un rendimiento superior a los cruces de mercado al cierre de ésta. Los aumentos de las TIR y el atraso de los mercados monetarios de las bajadas de tipos lastraban a las bolsas, haciendo bajar al SP del 5300. La sangría no iba a más gracias a que Bostic atemperaba algo los ánimos cuando decía tener esperanza en que la FED esté en situación de bajar tipos en el cuarto trimestre. El Libro Beige reflejaba la opinión de la FED de que la economía estadounidense se habría expandido ligeramente y a un ritmo modesto a lo largo de la mayoría de las regiones desde principios de abril, y advertía del riego de estanflación. El aumento de las TIR sigue favoreciendo al USD frente a sus pares, mientras que el peor sentimiento económico devolvía al WTI por debajo de los 80 USD por barril. El yen llegaba a rebasar el nivel de posible intervención frente al USD para luego rebotar y bajar de 157.
Siguiendo con las lecturas de IPC de mayo, hoy le llegaba el turno a España, donde éste se aceleraba por tercer mes consecutivo debido a la retirada de las ayudas frente a la crisis energética. La armonizada caía del 0.6% de abril a un 0.2%, en línea con el consenso, mientras que, anualizada, subía del 3.4% al 3.8%, una décima por encima de las encuestas. Por último, la subyacente se elevaba una décima hasta el 3% tal y como estaba previsto. Italia sorprendía con un inesperado descenso de su tasa del desempleo al 6.9%. La confianza económica de la Eurozona crecía hasta 96, y la tasa de paro caía una décima hasta el 6.4%. La renta variable europea conseguía remontar y pasaba a verde.
Los datos americanos le daban la vuelta al mercado con la revisión del PIB del primer trimestre, que, si bien confirmaba el 1.3% de la primera lectura, rebajaba el consumo personal del 2.2% al 2%, el índice de precios del PIB del 3.1% al 3%, y el índice de precios PCE subyacente del 3.7% al 3.6%, dando lugar a un tirón de los bonos. Las peticiones iniciales de desempleo subían por encima de lo esperado a 219k, al igual que los inventarios mayoristas, que pasaban del -0.4% anterior a un 0.2%. Del mismo modo, los minoristas mejoraban las previsiones con un ascenso al 0.7%. Estas cifras no conseguían animar a la renta variable al otro lado del charco, que permanecía en negativo.