Francia entra en territorio inexplorado

BancaMarch | El primer ministro francés, Michel Barnier, ha sido censurado por la Asamblea Nacional, lo que significa poner término al mandato más corto desde la fundación de la quinta república en 1958, siendo el único primer ministro en perder una moción de censura en 60 años.

Ahora, la responsabilidad recae sobre Macron que deberá buscar un nuevo primer ministro e intentar la aprobación de un nuevo plan presupuestario. En el impasse, el Gobierno actual se mantiene en funciones y deberá acordar con la Asamblea Nacional una ley especial que le permita mantener la actividad económica de la Administración.

Esta nueva ley debería permitir recaudar impuestos al Gobierno y mantener los niveles de 2024 en cuanto a gasto (salvo el pago de intereses), sin una actualización de inflación, lo que de facto es una contención del gasto. Lo mismo sucede en cuanto a los ingresos ya que, al no implementarse la corrección por inflación de los tramos del impuesto a la renta, la recaudación se incrementará en alrededor de 4.000 millones de euros según cálculos del ministro de finanzas. No obstante, la austeridad no planeada (e insuficiente) junto con la incertidumbre política, seguirán generando inestabilidad sobre la senda fiscal francesa.

Los mercados ya tenían en precio el actual escenario, por lo que la reacción a la salida de Barnier fue contenida, sin grandes cambios con respecto al nivel de diferenciales soberanos y con la bolsa francesa subiendo un +0,7%. El nuevo foco de incertidumbre se trasladará a la negociación de la ley especial para mantener en funcionamiento la Administración, aunque la nueva norma debería tener un camino más fácil, ya que buscará mantener el actual régimen fiscal. Además, Le Pen, previamente a la votación del miércoles, indicó que consideraba esta alternativa como viable.