Intermoney | De igual manera que el IPC un día antes, los precios de producción en EEUU se alzaron por encima de lo previsto, en un +0,4% m. y un +3,5% a. (frente las estimaciones de 0,3 y 3,3% respectivamente). Lo mismo ocurría con la nota subyacente que, aunque ascendía un +0,3% m., la nota de diciembre se revisaba al alza en tres décimas hasta el +0,4% m., situando la referencia interanual en el +3,6%. La diferencia con el informe del IPC es que al menos, metiéndonos en los entresijos, se pueden sacar aspectos positivos. Sobre todo, en lo que concierne a las partidas que se incluyen en el informe del PCE, ya que estas fueron más favorables en enero, registrando descensos en la mayoría de los rubros de atención médica y en las tarifas aéreas.
En cuanto a las tarifas aéreas, estas cayeron en un -0,3% m., mientras que, en lo referente a la salud, los servicios de atención hospitalaria, asistencia en domicilio y cuidados vieron caer sus precios. La única partida incluida en el PCE que aumentaba en el mes era gestión de carteras, que, aunque lo hacía en un +0,4% m., seguía siendo menor al 0,6% de diciembre. Esto hacía que los precios de los servicios aumentaran un +0,3% (Frente 0,5% anterior). En cambio, el incremento de la nota venía motivada principalmente por el repunte en los costes de alimentos y energía y es que los precios mayoristas de los bienes subieron un +0,6%.
Pero si eliminamos esos factores se hubieran mantenido prácticamente plano, ya que más de la mitad de este incremento provino de un alza del +1,7% en los precios de los bienes energéticos, mientras que los precios de los alimentos aumentaron un +1,1% entre otras cosas por el alza del 44% en los precios de los huevos en comparación con el mes anterior debido a la gripe aviar. Es por estas particularidades por las que a pesar de que la lectura de enero haya sorprendido al alza, estamos ante unos datos más amables que los del IPC.
Eso sí, existen riesgos evidentes como son que los aranceles adicionales a China, junto con la serie de aranceles amenazados a otros países, aún no se han reflejado en los datos de inflación. Pero los detalles del informe parecían ser suficientes para tranquilizar a los inversores, ya que veíamos las compras en la deuda estadounidense dominar claramente durante el jueves. El bono a 10 años americano veía caer su rentabilidad en -8 p.b. hasta el 4,53%, mientras que el 2 años lo hacía más suavemente, en -5 p.b. (4,3%).
También es posible que se hayan fijado en el anuncio de aranceles recíprocos, cuya interpretación puede ser en dos sentidos. Unos aranceles más altos significan precios más altos por adelantado, pero a la larga pueden obstaculizar el crecimiento y esto debemos tenerlo en cuenta también. En este sentido, el jueves Trump firmó una medida que instruye al Representante de Comercio y al secretario de Comercio a proponer nuevos aranceles de manera individualizada, con el objetivo de reequilibrar las relaciones comerciales. En palabras del mandatario se ha “decidido, a efectos de equidad, cobrar un arancel recíproco, es decir, lo que los países cobren a EEUU”. Aunque el proceso de evaluación llevará su tiempo ya que no se evaluará sólo aranceles a EEUU sino también barreras no arancelarias como subsidios, regulaciones, impuestos al valor agregado, tipos de cambio débiles o protecciones de propiedad intelectual, por lo que el trabajo no estaría completo hasta al menos el 1 de abril.
Al otro lado del Atlántico, la información más destacada del jueves eran los datos de la economía británica. El PIB del Reino Unido avanzaba un +0,1% trim. en el 4tr24 y se libró de la contracción, mientras que, en la lectura interanual, el PIB ascendía hasta el +1,4% a. (Frente al 1,1% estimado por el consenso). Las mejores cifras se debían a un mes de diciembre bastante mejor de lo esperado, con un crecimiento de los servicios y la producción industrial (+0,5% m.) que llevaban a que el PIB repuntase un +0,4%. No obstante, el avance marginal de la actividad durante el último trimestre apenas es capaz de maquillar los problemas estructurales de la economía británica.
En los entresijos de la lectura, es preocupante el retroceso del consumo de los hogares que se estancaba en el trimestre, mientras que la formación bruta de capital retrocedía más intensamente con un –3,2% trim. (contribuyendo a la baja en -0,16 p.p.). De hecho, eran los inventarios (+1,61 p.p.) y el gasto público (+ 0,8% trim. contribuyendo +0,16 pts) las únicas partidas que contribuían positivamente en el trimestre, síntomas de que el estado subyacente de la economía es más frágil incluso de lo que la nota general nos explica. Un último aspecto para destacar es que el avance de la economía durante este 2024 puede atribuirse al crecimiento de la población, ya que el PIB per cápita en realidad cayó ligeramente durante el año.
El Reino Unido enfrenta lo peor de ambos mundos ya que los costes de endeudamiento del gobierno son similares a los de EEUU, pero el crecimiento es más parecido al de la zona euro. Respecto a esto último, no han ayudado los ajustes presupuestarios de la Canciller Reeves en los que subía los impuestos hacia las empresas en 40 mm £, algo que ha contribuido al deterioro en la confianza empresarial y que explica el retroceso de la formación de capital este final de año. Además, por sí solo el ajuste por el lado de los ingresos se ha mostrado insuficiente para cuadrar las cuentas, y el repunte en el rendimiento de los bonos británicos desde diciembre refleja el sentimiento negativo de los inversores respecto a la evolución presupuestaria de las islas
Como decimos, en la parte de la actividad, Reino Unido se asemeja más a la Europa continental y el jueves la producción industrial del conjunto de la Eurozona (-1,1% m. y -2,0% a.) reflejaba la fragilidad que ya habíamos visto en las lecturas nacionales. De hecho, las caídas en Alemania (- 2,9% m.) e Italia (-3,1% m.) fueron el principal lastre de la producción industrial en diciembre, pero también se dejó sentir en economías secundarias como Bélgica (-6,8% m.) y Austria (-3,3% m.). Podría haber sido más agudo de no haber aumentado la producción energética para compensar el clima frío, ayudando a compensar en parte los descensos de la producción de bienes intermedios (-1,9% m.) y de capital (-2,6% m.) así como los bienes de consumo duradero, cuya producción caía en un -0,7% m., y es que sólo los bienes no duraderos (+5,1% m.) fueron la buena noticia del informe.



