Ante la persistencia de las presiones inflacionistas subyacentes, el BCE seguirá endureciendo su política monetaria

franck dixmier allianz

Franck Dixmier (Allianz GI) | Se prevé una subida de tipos de 50 puntos básicos en la próxima reunión del Banco Central Europeo, pero los inversores se centrarán más en cualquier indicación sobre el ritmo de las futuras subidas de tipos. Ante la persistencia de las presiones inflacionistas subyacentes, esperamos que el banco central siga endureciendo su política monetaria. 

Principales conclusiones:

  • Esperamos una subida de tipos de 50 puntos básicos, como anunció previamente Christine Lagarde  
  • Ante una inflación subyacente persistente y una economía resistente, el BCE debería seguir endureciendo su política monetaria
  • La subida es ampliamente anticipada por los mercados, que han abandonado su complacencia sobre la posibilidad de una subida de tipos
  • Es poco probable que el resultado de la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE) sea una sorpresa. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya ha anunciado una subida de tipos de 50 puntos básicos (pb) para marzo. 
  • Sin embargo, será interesante escuchar sus indicaciones sobre las decisiones de las próximas reuniones y el ritmo de las futuras subidas de tipos (de 25 pb o 50 pb). El BCE sigue bajo presión, ya que la lucha contra la inflación está lejos de haberse ganado. Es cierto que la inflación general se desaceleró hasta el +8,5% en febrero (desde un máximo del 10,6% en octubre de 2022). Pero la inflación subyacente siguió aumentando hasta el +5,6% en febrero, en un contexto de resistencia de la actividad económica, especialmente en los servicios, como muestra el índice PMI, que registró un 52,7 en febrero frente al 50,8 de enero. 
  • El riesgo de una inflación más sostenible de lo previsto debería llevar al BCE a mostrar una determinación aún mayor en el próximo endurecimiento monetario. La función de reacción del BCE debería depender de los datos económicos, teniendo en cuenta tres parámetros clave, como ha indicado recientemente Philip Lane, su economista jefe. 
  • La evolución de la inflación subyacente, que sigue siendo demasiado elevada;
  • Las expectativas de inflación a medio plazo del BCE, que se comunicarán en la reunión;
  • La correcta transmisión de la política monetaria. Esta última sigue siendo difícil en un contexto de resistencia del empleo y de la demanda, estimulados en particular por las políticas fiscales de apoyo a los hogares.

El único consuelo para el BCE es que, a pesar de las sorpresas al alza sobre la inflación real, las expectativas de inflación están bien ancladas y orientadas: las expectativas de los hogares a medio plazo están bajando, con unas expectativas de inflación para los próximos 12 meses del 4,9% en enero frente al 5,0% en diciembre 22 y a tres años del 2,5% en enero frente al 3,0% en diciembre. Y el swap de inflación a 5 años se sitúa en el 2,42%, tras un febril repunte hasta el 2,60% a principios de marzo. 

Tras una importante recalibración de las expectativas de tipos de los bancos centrales, la gran lección de febrero es el fin de la complacencia de los inversores. Ante las constantes sorpresas, tanto sobre la resistencia de la actividad como sobre el continuo aumento de la inflación subyacente, los mercados han capitulado. Ahora esperan un tipo terminal de entre el 3,75% y el 4%. 

La reciente corrección de las expectativas de subida de tipos ha ido acompañada de un endurecimiento de los rendimientos y de la continuación de una marcada inversión de la curva de rendimientos. La próxima reunión no debería contradecir estos movimientos recientes. Esperamos un tono decidido del BCE, que no puede contentarse con la subida de la inflación subyacente.