Ante los resultados de Nvidia: el riesgo de confundir la Bolsa con la economía

Tiffany Wilding

Tiffany Wilding (PIMCO) | Es fundamental recordar que la economía y las Bolsas no son lo mismo. Esa distinción es especialmente importante hoy en día, ya que las políticas actuales parecen estar ampliando la brecha entre ambos. El mercado de valores estadounidense parece desconectado de la economía real y eso se debe a tres factores: la medición, la política y la composición.

La medición

El rendimiento económico tiende a medirse en términos «reales» (ajustados a la inflación), mientras que las Bolsas tienden a reflejar el crecimiento nominal de las ventas y los beneficios por acción (BPA). En contraste con el ritmo anualizado mucho más lento del 1,2 % del crecimiento del PIB real, el crecimiento del PIB nominal fue del 4,1 % anualizado en el primer semestre de 2025.

Los efectos de las políticas varían

Los recientes cambios políticos del segundo mandato de Trump repercuten de forma diferente en las empresas del S&P 500 que en las miles de empresas, en su mayoría más pequeñas, de la economía estadounidense en general. ¿Por qué? Las empresas del S&P, y especialmente las más importantes (incluidas las grandes empresas tecnológicas), suelen ser más grandes y con mayor intensidad de capital, por lo que pueden beneficiarse más de la reciente ampliación de los recortes fiscales a las empresas y de los generosos incentivos a la inversión. 

La depreciación del dólar estadounidense desde principios de año también favorece a las grandes multinacionales. Las siete principales empresas generan casi el 50 % de sus ventas fuera de Estados Unidos, frente al 28 % del conjunto del S&P. 

Composición: Inteligencia artificial y transformación digital

La contribución de la tecnología a la economía en general sigue siendo muy inferior a su papel en las ganancias de la Bolsa. El sector sólo representó alrededor del 5,4 % del PIB total de EE UU en el primer trimestre, pero supone aproximadamente un 40 % de la capitalización bursátil del S&P 500. En el mercado laboral estadounidense, estas diferencias se magnifican. Los datos de Bloomberg sugieren que los hiperescaladores —empresas que operan grandes centros de datos para IA y computación en la nube— y los proveedores de chips representan menos del 2 % del empleo en Estados Unidos, a pesar de que constituyen aproximadamente el 35 % del valor de Wall Street.

Los cambios políticos y la avalancha de la IA han creado ganadores y perdedoresLas grandes empresas intensivas en capital con una exposición directa relativamente baja a los aranceles más elevados, como las tecnológicas, serán las más beneficiadas. Estas compañías representan una pequeña parte de la economía estadounidense, pero están impulsando ganancias desmesuradas en el mercado. Por el contrario, el rendimiento económico y del mercado en los sectores más intensivos en mano de obra y entre los consumidores ha sido pobre.

Durante los próximos trimestres, con la incertidumbre política y los ajustes de precios relacionados con los aranceles que probablemente pesarán sobre los ingresos reales, el gasto de los consumidores y la inversión en general, las Bolsas parecen cada vez más dependientes de que la revolución tecnológica siga su curso. Sin ella, la Bolsa corre el riesgo de volver a conectar con la más mediocre realidad económica actual.