La disminución del interés por los vehículos germanos en el mundo desplaza el foco del gobierno alemán al papel del país como potencia militar de Europa

Intermoney | No todo en Alemania es un problema de la agresividad comercial de EEUU. Según el Bundesbank, la economía alemana podría haber crecido un 50% más entre 2021 y 2024 si sus industrias exportadoras no se hubieran visto frenadas por problemas como la escasez de mano de obra y la burocracia.

La simulación del banco central sugiere que el PIB alemán se habría expandido 2,4 p.p. más durante el período si las exportaciones hubieran seguido el ritmo de la demanda en los mercados clave. A esto hay que sumarle la queja de las compañías germanas del aumento mucho mayor de los obstáculos burocráticos en comparación con sus homólogas de la Eurozona, como la lentitud de los procedimientos de aprobación y los engorrosos requisitos de documentación. Los problemas de suministro por sí solos explicaron “más de tres cuartas partes” de la pérdida de cuota de mercado global entre 2021 y 2023 en sectores clave como la maquinaria, la electrónica y la química; apuntaba el Bundesbank.

Hay otros problemas como son los relativos a la demanda externa. Esto lo hemos visto en la disminución del interés por los vehículos germanos, muy sensibles al débil crecimiento chino y también a las propias sanciones a Rusia. Durante años, los industriales alemanes proporcionaron las herramientas y los vehículos que han sustentado la expansión industrial de China. Sin embargo, la relación se ha vuelto cada vez más competitiva a medida que el gigante asiático ha desarrollado sus industrias en áreas donde las empresas alemanas solían dominar.

Con este problema sobre la mesa, los planes del gobierno germano pasan por impulsar el papel de Alemania como potencia militar de Europa, aunque esto también está supeditado a la dependencia hacia China que mantiene el control gracias a su control de los minerales necesarios para impulsar la industria armamentística. Según la Federación de Industrias Alemanas (BDI), el mayor grupo de presión industrial del país, los elementos de tierras raras como el neodimio y el disprosio, junto con el tungsteno, el grafito, el titanio y el magnesio de alta pureza, son la columna vertebral de los sistemas militares de alta gama. Alimentan los conjuntos de radares, los motores eléctricos, las aletas de guía de misiles, las miras térmicas y la propulsión de drones. Como bien advertía el BDI: la UE importa el 95 % de todas sus materias primas estratégicas y depende de países no pertenecientes a la UE para el 90 % de ellas. El procesamiento interno de Alemania es prácticamente inexistente. China, por su parte, controla más del 50% del procesamiento mundial de muchos minerales críticos, y hasta el 86% de algunos de los más relevantes para la defensa, como el galio y el germanio.

El riesgo se agrava cuanto más avanzadas sean las armas. Los aviones Eurofighter utilizan titanio resistente y ligero, procesado en China, para sus armazones y metales especiales resistentes al calor, mientras que Rheinmetall utiliza núcleos densos de tungsteno para sus proyectiles. El problema está en que China limita activamente las exportaciones de dichas materias primas como mecanismo de defensa ante los aranceles, lo que ha provocado retrasos en la producción y aumentos repentinos en los costes.