Sven Schubert (Vescore/Vontobel) | El cese formal del control de la curva de rendimientos en Japón parece un objetivo fácilmente alcanzable para el primer semestre de este año, posiblemente en marzo o abril, teniendo en cuenta la ampliación de la banda de control de la curva de rendimientos el año pasado. Ésta ya indicó que la finalización del programa de expansión cuantitativa (QE) tiene prioridad sobre el endurecimiento de la política monetaria. Por lo tanto, la transición a un endurecimiento cuantitativo (QT) pasivo durante los próximos 12 meses parece ser el curso de acción lógico.
También hay razones de peso para interrumpir la política de tipos de interés negativos (NIRP). Ni la inflación ni el tipo de cambio parecen plantear obstáculos a esta decisión. La inflación subyacente se mantiene cómodamente por encima del objetivo del Banco de Japón, en el 3,5% interanual. Además, el tipo de cambio no debería ser motivo de preocupación para el Banco de Japón, ya que la cotización actual de 147 yenes por dólar estadounidense supera nuestras estimaciones de valor razonable. La paridad del poder adquisitivo sugiere un valor justo ligeramente superior a 100 USD/JPY.
Los precios del mercado y la retórica del Banco de Japón coinciden con nuestra perspectiva de una salida de la NIRP. Los swaps sobre índices a un día prevén incluso subidas de tipos de 25 puntos básicos en los próximos 12 meses. Sin embargo, abril parece un plazo más adecuado para la salida que marzo, ya que los miembros del comité de política monetaria tendrán acceso para entonces a un nuevo informe sobre las perspectivas económicas. Consideramos menos probable un endurecimiento de la política monetaria en forma de subidas de tipos más allá de las expectativas actuales del mercado, sobre todo teniendo en cuenta la persistente debilidad del crecimiento japonés, especialmente en la demanda interna, donde el crecimiento del consumo de los hogares se sitúa actualmente en el -0,5% interanual. En particular, el yen sigue siendo un activo atractivo. En nuestra opinión, el proceso de normalización de las políticas aboga firmemente por que el yen vuelva a comportarse como un activo refugio y tenga -durante el proceso de normalización de este año- un potencial de recuperación hacia 120-30 por dólar estadounidense.