Mali Chivakul (J. Safra Sarasin Sustainable AM) | Más allá de China, las economías de los mercados emergentes siguen enfrentándose a los vientos en contra de la Fed, la fortaleza del dólar estadounidense y una probable recesión en los mercados desarrollados en 2023. La reapertura de China probablemente no beneficiará mucho a las exportaciones de estos mercados, ya que la demanda se encuentra sobre todo en los servicios, mientras que los materiales industriales y las materias primas se verán impulsados por la todavía lenta inversión en vivienda.
Esperamos una ralentización del crecimiento en la mayoría de las economías de los mercados emergentes en 2023, que debería mejorar en 2024 a medida que se relajen las políticas macroeconómicas. Las presiones inflacionistas entre las economías de los mercados emergentes deberían disminuir en 2023, pero muchas aún tendrán que lidiar con tasas de inflación superiores a sus objetivos a finales del año que viene. Dado que esperamos que los precios energéticos se mantengan elevados mientras que los precios de otras materias primas se han moderado desde sus máximos de este año, los déficits por cuenta corriente de los países importadores de energía en 2023 podrían seguir siendo considerables.
Los bancos centrales de los mercados emergentes con déficits por cuenta corriente, fuentes inestables de entradas de capital y una baja cobertura de reservas podrían tener que recurrir a un endurecimiento excesivo de la política monetaria si aumentan las presiones sobre las divisas.
Los activos de los mercados emergentes seguirán experimentando dificultades
Dado que la Reserva Federal sigue señalando que mantendrá su política restrictiva hasta que haya señales de que la inflación en EE.UU. está disminuyendo, los activos de riesgo, incluidos los activos de los mercados emergentes, seguirán teniendo dificultades.
Aunque varios bancos centrales de los mercados emergentes han subido sus tipos de forma significativa, los activos de los mercados emergentes continúan siendo sensibles a las acciones de la Fed. Además, la fortaleza del dólar estadounidense implica que las divisas de los mercados emergentes seguirán débiles.
Aquellos países emergentes que tengan unos tipos de interés relativamente altos, una inflación a la baja y una menor dependencia de los flujos de cartera volátiles serán los que mejor se comporten, ya que sus tipos locales serán probablemente más atractivos. Un entorno político estable también es importante, ya que los mercados financieros se vuelven aún más sensibles a cualquier noticia negativa en este entorno de baja liquidez. Además, una vez que el Gobierno chino dé pasos más significativos hacia la reapertura, el sentimiento hacia los mercados emergentes debería mejorar.