Juan Carlos Ureta | La esperada reunión de la Fed y el no menos esperado mensaje posterior de su presidente Jerome Powell no sólo no han defraudado a los mercados, sino que han ido mucho más allá de las expectativas, prolongando una semana más el rally que viven las Bolsas desde fin del pasado octubre, que ya por muchos motivos empieza a ser histórico, y llevando ese rally a un nuevo nivel.
El pasado jueves el Nikkei, el Stoxx 600, el Dax, el Cac, el Dow Jones, el S&P y el Nasdaq cerraban todos la sesión en máximos históricos de todos los tiempos, y el viernes, pese a las ligeras caídas, las Bolsas cerraban una semana igualmente extraordinaria. El Nikkei ha subido un 5,6% en la semana y ha llegado a superar en algunos momentos los 41.000 puntos, tras poner fin el Banco de Japón el pasado martes a 17 años de tipos de interés nominales negativos. En las Bolsas americanas y europeas hemos visto subidas del 2,85% para el Nasdaq, del 2,3% para un S&P que ya está por encima de los 5.200 puntos, del 2% para el Dow Jones, que ya está cerca de los 40.000 puntos y del 0,9% para un Eurostoxx cómodamente instalado por encima de los 5.000 puntos. Nuestro Ibex, por su lado, ha subido un 3,3% en la semana impulsado, sobre todo, por Bancos y por Meliá, y ya se acerca a los 11.000 puntos.
Son cifras espectaculares y lo más llamativo es que se hayan producido en medio del escepticismo de una buena parte del mercado y, además, con repuntes en enero y febrero de la inflación, y con avisos de que el crecimiento y el consumo pueden mostrar cierta fatiga, como se ve en algunos resultados y previsiones de compañías, sobre todo las vinculadas al lujo o a la distribución minorista. Por no hablar del entorno geopolítico, cada vez más enrarecido.
Pero junto a esos elementos de inquietud, esta última semana hemos tenido una dosis importante de los dos elementos que de verdad mueven a las Bolsas. Por un lado, la inteligencia artificial (IA) con el gran encuentro promovido por Nvidia, el llamado “Woodstock de la IA” y por otro, la reunión de la Fed y el mensaje de su presidente Jerome Powell en el comunicado y rueda de prensa posterior.
La tecnología nos ha dejado de nuevo varios hitos. Nvidia ha subido un 7,35% en la semana y sube un 90,4% desde el uno de enero, una subida que se queda pequeña frente a la de otra compañía de inteligencia artificial, centrada en la infraestructura, Super Micro Computer, que ha entrado en el S&P esta semana y que sube un 242% en lo que va de año y un 764% en los últimos doce meses. En general, las tecnológicas se han comportado bien, algunas incluso muy bien, como Micron, que subió un 18% tras publicar sus cuentas el miércoles pasado al cierre del mercado (‘after hours’).
Tal vez lo más estrambótico de la semana ha sido la salida a Bolsa de la red social Reddit, la que estuvo en el 2021 en el epicentro de las absurdas subidas de las llamadas “meme stocks”, compañías que no valían nada pero que se dispararon al alza por un movimiento concertado de inversores minoristas agrupados en torno a Reddit. Ahora la red social que servía de plataforma a esos movimientos, Reddit, ha salido a Bolsa y lo ha hecho en el rango alto de la banda de precios, pese a lo cual el primer día de cotización, el jueves pasado, subió un 48% y llegó a alcanzar una capitalización de casi diez mil millones de dólares. Por supuesto, Reddit pierde dinero.
Todo esto movería a pensar que hay demasiado dinero fácil (‘easy money’) en el mercado y que estamos entrando en otro episodio de sobrevaloraciones. Pero Jerome Powell se ocupó de desmentirlo el miércoles pasado, tras la reunión de la Fed. Según Powell, las condiciones monetarias son restrictivas y están limitando el crecimiento, una afirmación que choca si miramos a los diferenciales de crédito, que están en mínimos y no valoran la calidad del subyacente, o si miramos a los activos de riesgo, incluido el bitcoin, o las Bolsas, que están en máximos.
El discurso de Powell deja ver que a la Fed le gusta que las Bolsas estén altas, o al menos no le importa demasiado. Los peligros de un mercado de activos disparado, con su secuela de desigualdad, mala asignación de recursos, y, al final de todo, inflación como consecuencia del “efecto riqueza”, no parecen importar al presidente de la Fed, que no hizo una sola alusión a la espectacular subida de las Bolsas desde fin de octubre, una subida que en el caso del S&P es ya del 27%. Además, Powell dejó claro que bajará tres veces los tipos, aunque la economía siga fuerte, lo que hace pensar a los inversores que si la economía se cae, las bajadas de tipos serán aún mayores.
Ese claro apoyo de la Fed a las Bolsas explica el nuevo festival alcista vivido esta semana y recuerda mucho a lo que pasaba ahora hace tres años, en 2021, cuando las tecnológicas y las Bolsas en general marcaban máximos, cuando Tesla, que ahora está a la cola del S&P (-31% desde el uno de enero) marcaba máximos en más del doble de su cotización actual, y cuando estaban a punto de estallar algunas situaciones de extremo apalancamiento, como la del “family office” Archegos, uno de los casos de mala gestión de riesgos bancarios que ha llevado a Credit Suisse a la desaparición. Era un momento de optimismo también alentado, como ahora por la Fed, que describía una “goldilocks economy” con crecimiento y sin inflación y que anunciaba tipos cero para siempre. La visión que trasladó Powell el miércoles no es tan radical, pero va en la misma línea de crecimiento con inflación controlada y de bajada de tipos.
Frente a la visión de Powell de una economía que sigue fuerte y en la que la inflación sigue baja y por tanto la Fed, sí o sí, relajará aún más las condiciones monetarias, la realidad, como decíamos, va dejando algunos avisos. Por ejemplo, los del conglomerado de lujo Kering anunciando que las ventas de Gucci han ido a la baja los últimos meses (el anuncio le hizo bajar un 15%), o los de Nike y Lululemon, compañías también vinculadas al consumo, pero en otro segmento diferente al lujo. Tanto Nike como Lululemon, cuyas cotizaciones volaron en el periodo poscovid al calor del subidón del consumo tras los confinamientos, han advertido del peor comportamiento de la demanda, que les hacen ser cautos para los próximos meses. Nike cayó el viernes un 6,5% y Lululemon un 12%.
En definitiva, las Bolsas, animadas por Powell, siguen descontando el mejor escenario posible,pero tal vez no sea malo recordar que ese escenario no es el único posible y que puede venir una combinación de crecimiento e inflación peor.
Esta próxima semana no hay datos ni resultados empresariales relevantes, salvo dos, que precisamente nos pueden dar pistas sobre el crecimiento económico y sobre la inflación. Esos dos datos son la confianza del consumidor americano de marzo, medida tanto por la Conference Board (martes) como por la Universidad de Michigan (jueves) y el deflactor de gastos personales (PCE deflator) el viernes, que como se sabe, es el indicador de inflación que más sigue la Fed.
Todo es posible con las Bolsas en subida libre y con la Fed a favor (“don’t fight the Fed”), pero la semana deberá ser tranquila y en todo caso no podemos dejar de recomendar un poco de prudencia, aun a riesgo de equivocarnos.