Stefan Rondorf (Allianz GI) | Durante estos días, algunas compañías ya empiezan a presentar sus resultados correspondientes al tercer trimestre. Y, dependiendo de su localización geográfica, han tenido que hacer frente a condiciones muy distintas durante este periodo. Por ejemplo, en Estados Unidos el crecimiento ha sido muy sólido y el consumo ha sido especialmente elevado durante el trimestre, mientras que se espera que la zona euro se haya aproximado a un estancamiento. Por su parte, China ha experimentado un trimestre desigual, en el que ha mostrado signos de estabilización.
Si bien la situación económica, en general, es un factor determinante para los beneficios de las empresas, hay otros factores que juegan un papel importante en su evolución. Por ejemplo, la volatilidad de las divisas, los movimientos de los precios de las materias primas y una serie de desarrollos en según qué sector influyen también en los márgenes empresariales. Teniendo todo esto en cuenta, sin duda, los analistas de empresas y los gestores de fondos tienen un duro trabajo por delante.
Con todo, los beneficios empresariales han influido en que el mercado de renta variable haya podido capear la inestabilidad experimentada durante los últimos trimestres. Sin embargo, aunque el crecimiento interanual de los beneficios no parezca significativo en estos momentos, (en términos interanuales, se prevé que los beneficios de las compañías del S&P 500 hayan permanecido estables en el tercer trimestre), esto debería considerarse como una señal de fortaleza. En general, las compañías han sabido lidiar con los elevados y volátiles precios de las materias primas, la subida de los salarios y el aumento de la inestabilidad política. Además, aunque los márgenes de beneficio han disminuido en cierta medida, siguen mostrándose holgados si se comparan con la media histórica.
Teniendo esto en cuenta, los más optimistas consideran que el poder de las economías de mercado, los avances como la inteligencia artificial y los tan citados “animal spirits” (espíritus animales) están detrás de esta evolución. En cambio, otros señalan que, sobre todo en Estados Unidos, un puñado de compañías líderes son las que están obteniendo la mayor parte de los beneficios y que el aumento gradual de los costes financieros y la ralentización de la demanda de los hogares pronto podrían empezar a pasar factura.
Al analizar los distintos sectores, quizá tenga sentido cambiar un poco el enfoque, pasando del siempre presente sector tecnológico al sector financiero. En concreto, las entidades bancarias europeas han destacado en los últimos meses, ya que los analistas han elevado constantemente sus previsiones de beneficios (véase nuestro Gráfico de la semana). El motivo es que, tras una larga racha en la que los tipos eran negativos, ahora están aumentando más de lo esperado y, a su vez, los impagos siguen manteniéndose limitados por el momento.